Roy Myrie fue considerado a inicios de los 2000 como el sucesor de Harold Wallace en la banda derecha de Costa Rica. Su potencia, rapidez y buen físico lo ponían como uno de los principales prospectos del fútbol tico.
En sus inicios Roy jugó en Alajuelense, siempre soñó vestir esa camiseta, sin embargo por su talento fue pretendido por el Saprissa y según recuerda no fue una vez, sino varias.
Roy cada vez que estaba cerca de finalizar contrato con los erizos ya sabía que una llamada desde Tibás llegaría a su teléfono con la clara intención de llevárselo. Myrie no escondió la satisfacción que eso le causaba, pero nunca aceptó la propuesta.
Hoy cinco años después de su retiro, el exrojinegro reveló que nunca aceptó porque internamente no se sentía cómodo pasando al archirrival.
“Uno es tonto, porque tuve muchas opciones para estar en Saprissa, pero el liguismo era más fuerte, le comento a muchos amigos que yo en la Liga encontré el lugar ideal para disfrutar el fútbol por mi manera de ser. Es que el saprissismo es más rajón (risas), me gustaba que fueran rajones, pero no era mi personalidad. Yo no quería traicionar los colores”, dio a conocer.
De hecho Myrie vive agradecido porque cuando él decidió volver a Costa Rica, luego de su paso por Bélgica, recibió una oferta morada y la rojinegra nunca llegó. Aun así, Roy prefirió no jugar con Saprissa.
Hoy Roy más allá de esa anécdota asegura, a sus 38 años, que las lesiones le jugaron en contra en su carrera, empero solo tiene agradecimiento para el fútbol.
Sus cinco cirugías en ambas articulaciones hablan de lo que sufrió como deportista.
“El tema mío de las lesiones fue un factor muy importante, muchas veces jugaba con dolor y lo podía soportar, pero ya no lo estaba disfrutando, en el partido estaba pensando cómo amagar para que no me doliera la rodilla, no pensaba cómo divertirme, sino como protegerme, muchas veces jugué así, pero estaba fatigado mentalmente, no quería seguir con eso”, explicó.
De hecho, Roy en su estancia en Bélgica con el Gent estuvo a punto de ser traspasado a un equipo muy grande de Alemania, pero una de esas tormentosas dolencias lo frenaron. La experiencia fue tan amarga para Myrie que él mismo decidió bloquear de su mente ese capítulo.
“La verdad que uno es agradecido con Dios porque lo que llegué a hacer lo hice gracias a Él, yo soy de Puerto Viejo, a lo último cumplí el sueño de ser jugador. Tuve muy mala fortuna, antes de un partido de la Champions me estaba siguiendo un equipo alemán y en ese juego, en el que ellos mostraron el interés, yo me termino lesionando y fuerte”, acotó.
“Era un equipo muy bueno, era de los mejores, pero ni recuerdo el nombre, es que fue muy triste, yo me voy a España a hacer pretemporada, se me vuelve a juntar la lesión recuperada y una nueva y ellos deciden que ya no”, agregó con amargura.
Su asistencia al Mundial de Alemania 2006 fue una historia similar. Roy solo le quedó apostar por la resignación y fortalecerse mentalmente.
“Aguanté demasiado porque en un momento dado vengo a hacer extras a Costa Rica y era imposible que yo jugara más fútbol, estaban mis rodillas demasiado lastimadas. Al final por una cuestión más de ‘huevo’, como se dice, es que termino jugando acá”, expresó.
Myrie expresó que por esas circunstancias de vida él prefirió, cuando se retiró, alejarse por completo del fútbol, lo que nunca imaginó es que sus hijos volverían a despertar la fiebre.
“Tengo unos gemelos de 14 años que juegan en la Liga, se llaman Kenay y Kenan. Luego tengo a mi hija Kyara, ella tiene 10, a veces no tiene para dónde agarrar entonces se apunta a la mejenga. Kian tiene 8 años, ese más bien se me adelantó en la Liga y ahí va encaminado”, dijo.
Roy profundizó que cuando su hermano Dave Myrie asistió al Mundial de Brasil 2014, él consiguió cumplir el sueño que tanto anhelaba y no pudo en su carrera.
“El tema de Dave lo tomé con tanta alegría que fue un logro como propio, estaba muy feliz, era un sueño cumplido por mi hermano pero que yo disfruté”, agregó.
Roy profundizó que si a él no lo atacan tantas lesiones, sin duda considera que todavía estaría activo.
“A mí me hicieron un estudio médico y concluyó que era muy rápido y potente y tenía las rodillas débiles. A veces uno es muy conformista, en el caso mío me creía muy rápido y no trabajaba cosas que yo creía que estaban ahí, como el fortalecimientos muscular y demás”, externó.
Roy de momento se dedica a profesionalizarse porque quiere ser gerente deportivo o integrar algún cuerpo técnico del balompié nacional.