Seis meses después de que Celso Gamboa, presidente de Limón FC, ilusionó a la afición caribeña con la contratación del guardameta Esteban Alvarado Brown y prometió que serían protagonistas en el Torneo de Clausura 2021 y pelearían el campeonato, se consumó el descenso a la Segunda División.
La desilusión y tristeza embarga a los seguidores caribeños, quienes junto a sus jugadores fueron presa del llanto y el desconsuelo, tras igualar frente al Sporting FC 2-2 en el estadio Ernesto Rohrmoser de Pavas y terminar perdiendo la liguilla con los josefinos, luego de haber caído en el Ebal Rodríguez 0-1, en el duelo de ida.
Luego de ganar el campeonato de la Liga de Ascenso en la temporada 2009-2010, tras derrotar en la final al Barrio México, los verdolagas por más de una década se sostuvieron en la máxima categoría, hasta que en esta temporada llegó la debacle, en una campaña marcada por los errores administrativos, malos resultados y una serie de polémicas.
Con el pitazo final del árbitro Ricardo Montero, Yuaycell Wright se derrumbó en la cancha, llorando desconsoladamente mientras era apoyado por sus rivales, quienes trataron de alentarlo y darle fortaleza en un momento tan complicado.
El arquero Esteban Alvarado caminó rápido al centro de la cancha, saludó a los árbitros y parecía no tener rumbo fijo, se devolvía y se secaba las lágrimas y el sudor del rostro con su camiseta. Volvía a ver a sus compañeros y no encontraba explicación a lo que sucedía.
“Perdón. Le pido perdón a la afición porque nosotros no trabajamos para esto. Perdón, porque este equipo no se merece esto”, dijo Alvarado al director de comunicaciones caribeño, Cristian Williams, quien ante la prensa replicó las palabras del espigado portero, quien no pudo hablar.
El dolor. Mientras tanto, el veterano defensor Kareen McLean no pudo dar declaraciones en la transmisión de Tigo Sports, le ganó la melancolía y el dolor por el descenso, recordando que una década atrás fue pilar en el ascenso ante los mexicanistas.
McLean, con la mascarilla puesta, más que la boca se tapó el rostro, quizás sintiendo vergüenza de lo vivido y la amargura de sentir que posiblemente es su adiós al fútbol de Primera, luego de una extensa carrera.
Por su parte, el técnico limonense, Ricardo Allen, dio la cara y a pesar del dolor ofreció declaraciones a la prensa.
“Estamos dolidos, nos duele lo acontecido. No puedo reprocharle nada a mis dirigidos porque lucharon hasta el final y me quedo con eso. No podemos echarle la culpa solo al torneo, pero siento que de pronto nos quedamos en una zona de confort. Solo nos queda levantarnos como hombres y demostrar liderazgo en el camerino. Quizás más tarde, en la intimidad de mi familia, pueda llorar”, comentó Allen.
El estratega lamentó que Limón, a pesar de que no fue el equipo con menos puntos durante los dos torneos cortos, tuvo que jugar la liguilla, pero tras el descenso tienen que mantener la calma y fortalecer la situación del equipo junto con la parte administrativa.
“La repercusión del descenso será inmediata en la liga menor, se verá afectada. Tendrá un retroceso, una pausa . Es un golpe muy duro por lo que significa Limón para el fútbol costarricense. me duele por los jóvenes, los prospectos que sueñan con vestir la camiseta de Limón en un futuro”, comentó Allen.