Cada vez más cerca del abismo. Así está el campeón nacional Herediano, que a pesar de pagar a última hora tres deudas con tal de poder jugar anoche, sufrió un nuevo dolor de cabeza: un embargo de la taquilla.
Una lluvia de cobros a la administración florense ha golpeado a la endeble economía rojiamarilla, que hace aguas.
Es algo así como si se tratara de tapar una gotera y que aparezcan más... incluso más grandes.
Herediano corrió durante los últimos dos días para pagar algunas deudas de emergencia.
Tal fue el caso de ¢1,9 millones que adeudaban al Instituto Nacional de Seguros (INS) y que los dejó sin estadio (y sin entrenar) por casi dos días.
Luego se vino una declaratoria de morosidad de la Unafut debido a ¢1.127.750 adeudados por multas, cuerpo arbitral y taquillas de la jornada 10 del Torneo de Invierno 2012. Eso quedó cancelado ayer mismo por la tarde.
Después se vino, al filo de la navaja, el pago a la Empresa de Servicios Públicos de Heredia, que tenía suspendidos los servicios de luz y agua en el Eladio Rosabal Cordero y que dejaba en jaque la realización del juego.
Herediano pagó ¢5 millones de un total de más de ¢19 millones que adeudaba por recibos vencidos y con eso se aseguraron al menos los servicios básicos.
Cayó un embargo. Para colmo de males, antes del partido contra los caribeños ocurrió un embargo de la taquilla.
En principio, el vocero del club, Roberto Carpio, dijo que la acción judicial no fructificó.
Empero, en horas de la noche trascendió que la taquilla vendida mediante tiquetes electrónicos fue embargada por una empresa cuyo nombre no fue posible confirmar.
Por eso algunos jugadores, a sabiendas de que de esa taquilla dependía el pago de sus salarios, se dispusieron a vender las entradas en las boleterías del estadio.
Además, efectuaron una rifa de una camiseta de Herediano autografiada por ellos. Por su parte, algunos aficionados hicieron colectas que entregaron a los integrantes del Team .
No fue posible contactar al vicepresidente Mario Sotela.
En lo deportivo, los campeones nacionales y su afición de han comportado como verdaderos guerreros, leales a la causa de la institución y poniendo el pecho a las balas de la crisis que los aqueja.