Belén sacó la casta y gestó clara victoria sobre el líder

San Antonio de Belén. Las rachas positivas y las marcas del deporte están para romperse. Y los dioses del juego saben reconocer cuando el retador se empina y el contendor favorito e invicto, cae en buena lid.

Belén derrotó a Pérez Zeledón por 2 a 1, sumó 16 puntos que lo acercan a la clasificación y, de paso, acabó con el cartel de la última divisa imbatible del Torneo de Verano.

Un guardameta con los reflejos de un gato; una zaga atenta y expedita, un medio campo con el derroche y el oxígeno de Giancarlo Palacios, así como las certezas de cara al gol de Michael Barquero y Marco Mena, constituyeron los valores relevantes de la victoria local.

Pérez Zeledón también fundamentó su propuesta en las virtudes que se le conocen de sobra al elenco de alto nivel de Mauricio Wright, desde el arquero Adrián de Lemos hasta el último de los suplentes.

Sin embargo, ayer los hombres del Sur se vieron sorprendidos por el ímpetu de los anfitriones y el resultado fue un buen encuentro, sobre todo durante el transcurrir de la segunda parte.

En el primer capítulo, las acciones habían sido equilibradas. En el cuadro local destacaban los tejidos del medio campo; en el oponente, la sapiencia del toma y dame de Ariel Rodríguez, peligroso además con sus misiles de largo alcance.

En la segunda etapa, Belén se fue arriba tras un calculado envío de Roy Ramírez. Apostado junto al segundo palo, de cabeza, Michael Barquero venció a De Lemos.

Dieciséis minutos después (67’), un Marco Mena en franco reencuentro con su picardía, sacó provecho de la fuerte brisa y sorprendió adelantado a De Lemos. 2 a 0.

La reacción del rival fue inmediata, al menos en el banquillo, pues Mauricio Wright operó de una vez sus tres cambios: Luciano Bostal, Luis Stewart Pérez y Camilo Aguirre, todos al 61’, permutas infructuosas, a la postre.

Luego de su segunda anotación, Belén retrocedió en sus posiciones. Fue por instinto, quizás, aunque su técnico, Vinicio Alvarado, atribuyó esa situación extrema a las pequeñas dimensiones del campo.

Lo cierto es que, procurando salvar a toda costa el invicto, los visitantes descontaron con un disparo de Ariel Rodríguez, al 85’.

Quedaban cinco minutos. La presión llovía sobre el área en ráfagas de pulso y reyerta que estuvieron a punto de provocar dos cosas.

En los del Sur, el rescate del invicto; en Belén, la vuelta de los fantasmas de sus epílogos tristes.

Esta vez no ocurrió así y los locales vivieron su final feliz.