El retorno de Óscar Ramírez es la gran apuesta de la Liga para volver a saborear las mieles del triunfo.
Ni muchos fichajes ni tantos cambios, en Machillo se concentra la fe de volver a pelear por un título, y ganarlo, como ya pasó cuatro veces en el pasado cercano.
La corta ausencia de seis meses de Ramírez se siente más como unas vacaciones, un permiso de salud si se quiere. El grupo ha cambiado poco y le sigue profesando el mismo respeto y entrega.
Sin embargo, nada en el fútbol es tan fácil como parece. El plantel sí tiene sus numerosos cambios y, sobre todo, bajas respecto a aquel campeón del año pasado.
Así que a Óscar, un meticuloso técnico cuyo sistema requiere de que todas las partes funcionen, le ha costado rearmar al conjunto.
Nombres como Pablo Gabas, Cristopher Meneses o Giancarlo González ya no serán santos a los que los manudos les puedan rezar.
El recambio rojinegro. Por lo que se ha visto en pretemporada, Ramírez quiere cambiar. No se trata solo de su nueva imagen –mucho más esmerada que su despeinado pasado–, sino que también quiere darle al equipo más de ese carácter ofensivo que otrora reclamó la afición.
Empero, con el Machillo jamás se puede tratar de algo sencillo. Él simplemente no ve el fútbol así.
Antes de decirle a los muchachos ‘vayan alegres a atacar’ hay cientos de movimientos, coordinaciones y resguardos que ensayar.
Tampoco le será fácil. Las intenciones del estratega parecen ser pasar de dos contenciones a solo uno, algo irrealizable si sigue teniendo tantos problemas en las laterales.
No se puede descuidar el apoyo defensivo de la mediacancha si la línea de cuatro no está bien sólida.
Tampoco le ha ido bien adaptando a los jugadores que desconocía.
El mejor ejemplo es un Jerry Palacios que llenó los ojos de la afición en el Verano pero que no ha tenido tiempo para conocer a su nuevo jefe y cuyo estado físico es dudoso.
En materia de fichajes la Liga se reforzó bien en todas las líneas, pero las contrataciones no han tenido buena suerte ganándose el campo.
Maurim Vieira es el caso más claro. El brasileño es un volante que llegó a acoplarse a la posición de lateral para llenar el hueco que dejó Meneses, pero que no ha tenido chance de mostrar su valía.
Al menos, ayer se supo que ya tiene en regla el pase internacional y el permiso de trabajo, así que será elegible, si así lo quiere el técnico.
El colombiano Camilo Aguirre, envuelto en la “novela del verano” con sus problemas para ser inscrito, tampoco tuvo chance de ganarse el campo de titular.
Ariel Rodríguez no tuvo problemas, pero fue porque no estuvo. El seleccionado se sumó a los entrenamientos hasta la semana pasada y no tuvo tiempo de acoplarse. Aún así Óscar habla maravillas de su nuevo contención y probablemente tendrá un papel central.
Mejor suerte tuvo un jugador del que no se esperaba tanto: el ariete Johan Venegas fue quien mejor aprovechó los fogueos.
También habrá que esperar mucho del defensor Johnny Acosta, otro gran ejemplo de cómo la Liga vuelve sobre lo andado para retornar al camino del triunfo.
LAS CLAVES MANUDAS
Figura: Patrick Pemberton
Está en el mejor momento de su carrera. Portero de paradas impresionantes y líder importante en el camerino. Ya fue galardonado como el mejor jugador del torneo en el último campeonato que consiguió el equipo, en el Invierno 2012. Sin embargo, tendrá que dividir su tiempo entre la Liga y los constantes llamados a la Selección.
Capitán: Cristian Oviedo
El volante zurdo es el líder del camerino y carga con todo el peso la banda, pero probablemente verá pocos minutos con el Machillo. Así que el estratega desde ya anunció que rotará la capitanía en el equipo de semana a semana. Pemberton, Valle y Sancho están entre los que tendrán esa tarea adicional.
Estadio: Alejandro Morera Soto
Llamado la “Catedral del Fútbol” es la sede de la Liga desde 1942 y es fiel testigo de todas las glorias y tristezas manudas. En este Invierno 2013 tendrá un elemento adicional y es la nueva gramilla sintética, donde, dicen los jugadores, la pelota rodará más lento y picará mucho menos.