El delantero uruguayo fue duramente criticado por no estrecharle la mano a su rival de Manchester United antes del partido de ayer por la Liga Premier inglesa en el estadio Old Trafford. Era el primer cruce entre ambos jugadores desde que Suárez fue suspendido ocho partidos por proferir frases de tinte racista contra el lateral del United en octubre.
El entrenador de Liverpool Kenny Dalglish, que había defendido a su jugador en televisión tras el partido, y los dueños estadounidenses del equipo, uno de los más grandes del futbol inglés, también recibieron críticas luego de un incidente que extendió la polémica sobre el racismo que ha empañado la temporada.
Suárez reconoció en un comunicado divulgado en el sitio web de Liverpool que cometió un error y que está arrepentido de lo ocurrido.
“Hable con el técnico tras el partido en Old Trafford y entiendo que me equivoqué”, dijo el uruguayo. “No sólo le fallé a él, sino también al club y lo que representa, y lo lamento”, añadió.
Dalglish también pidió disculpas por su actitud combativa en la entrevista de ayer, cuando dijo que los detractores de Suárez se extralimitaron al culpar al delantero por lo acaecido en un partido caliente.
Los jugadores de ambos equipos se pelearon a las afueras de los vestuarios en el entretiempo, lo que provocó la intervención de la policía, según informes periodísticos. Al término del partido que el United ganó 2-1, Evra incitó a la afición local con sus desmesurados festejos delante de Suárez.