Hoy por hoy, la Primera División del baloncesto masculino de Costa Rica tiene dos tipos de protagonistas bien diferenciados.
Cuatros equipos, de esos que en disciplinas como el fútbol les llaman “grandes”, se pelean los primeros lugares dentro y fuera del rectángulo de juego.
Y los otros cuatro trabajan en silencio, aferrados a la ilusión de que los buenos resultados les permitan escalar posiciones en lo que parece ser el renacer del deporte de los aros en el país.
Ese es el balance que los dirigentes del básquet nacional hacen de la temporada 2013-2014, finalizada el domingo pasado con un nuevo título –el octavo de los últimos nueve– para Ferretería Brenes-Barva.
Los ferreteros junto con Coopenae-Popular Pensiones, Super Cable Grecia y Escazú lideraron la tabla de posiciones del torneo en resultados y organización.
“No podemos pretender que la totalidad de los equipos que compitan en una liga sean del mismo nivel, pero en términos generales fue una temporada muy competitiva, muy exigente”, reconoció Guillermo Montero, presidente de los nuevos monarcas.
Para el jerarca barveño la distancia entre el campeón y el resto de los equipos se ha ido recortando, si se toma en cuenta que años atrás, a lo mucho, eran solo dos los quintetos llamados a levantar la copa.
“Antes era un torneo entre dos equipos, ahora los equipos son muy parejos, se han reforzado con extranjeros de muy buen nivel, eso ha generado más competencia”, agregó Montero.
Mayor afición. Liceo de Costa Rica, Turrialba, Grupo Babel Pérez Zeledó n y Recope Limón cerraron en los últimos lugares de la tabla con un nivel notablemente inferior, pero apoyados por una creciente afición que, para los dirigentes, es una de las herencias del último torneo.
“Podemos empezar a hablar de un resurgir del baloncesto nacional, en el que ya hay jugadores que son ídolos de la afición, que son de las mismas comunidades y la gente ya los identifica en la calle”, resaltó José Rafael González, presidente de la Federación Costarricense de Baloncesto (Fecoba).
Para el presidente de Escazú, Guillermo Durán, el trabajo en liga menor es uno de los caminos que pueden tomar los equipos “pequeños” para salir adelante, junto con la atracción de patrocinadores que fomenten proyectos comunales como el desarrollado por ellos en la llamada Ciudad de las Brujas.