Mirá vos, no sabía yo que el gobierno, a través del Ministerio de Salud, va a empezar a prohibir los eventos masivos en todos los lugares donde se generen presas. Imagino que lo de empezar con Parque Viva, del grupo empresarial dueño del periódico con que se lleva clavo desde hace meses y al que atacó esta semana, es mera casualidad.
Imagino que luego seguirá con lugares como Pedregal, o los estadios de fútbol, o los lugares donde se hacen conciertos, o hasta el mismo Estadio Nacional, que cuando tiene eventos masivos, que es todo el tiempo, atasca los barrios vecinos cuyas calles se convierten en parqueos sobre la vía pública, porque el estadio no tiene ni un estacionamiento. Hasta donde yo sé, las quejas de los vecinos de la Sabana son constantes. Por lo que imagino que será el siguiente.
Y es que estaré atento a ver si la lista de cierres y prohibiciones sigue, porque no quisiera pensar que la decisión tan casual y aislada de prohibir los eventos en un lugar donde claramente se hacen presas y generan molestias, como en el 99% de los lugares que hacen lo mismo, es una decisión arbitraria y antojadiza de un presidente para sacarse un clavo personal con un grupo empresarial que es dueño también de un periódico que no es afín a él, y al que viene atacando sistemáticamente y tildando de prensa canalla.
Digo, porque ese tipo de matonismo y decisiones hechas a la medida en contra de los que no le gustan, piensan distinto o le caen mal al presidente es típico de otros personajes con credenciales poco democráticas. Y esperaría que no sea el caso del presidente actual.
Porque se me vino a la mente el recuerdo del presidente Hugo Chávez, de Venezuela, buscando lo que fuera para atacar empresarialmente al diario El Universal, de Caracas, o todo lo que Daniel Ortega ha hecho contra el diario La Prensa de Managua.
Pero como estoy seguro de que en los días siguientes veré cómo el Ministerio de Salud sigue cerrando lugares que ocasionan presas, ruido y molestias debido a eventos masivos, imagino que podré descansar tranquilo y pensar que eso del autoritarismo y matonismo velados fue solo un mal pensamiento mío, que es que soy muy malpensado.
Porque como liberal que soy, soy alérgico a quienes usan el poder estatal para sacarse clavos personales y para restringir libertades. Y claro que estoy de acuerdo con que la ley y los reglamentos se apliquen, pero igual para todos; digo, hace solo dos días en Alajuela se llevó a cabo un evento masivo que causó presas y molestias a los vecinos, y no vi que cerraran o prohibieran nada, pero debe ser que empezaron hoy, tonto yo.
Y esto no tiene nada que ver con tener simpatía o antipatía con el grupo empresarial al que le aplicaron la medida, sino con que no hay nada más peligroso que quien usa el poder estatal de forma arbitraria y antojadiza.
Pero, bueno, quedo a la espera de los siguientes cierres. Ahí, veremos de qué está hecho quien dio la orden.
El autor es secretario general del Partido Liberal Progresista (PLP).