La economía estadounidense en el último trimestre del 2014 creció un 2,2%, con lo cual promueve las expectativas de continuar dinamizándose a tasas similares; sin embargo, el dato para el primer trimestre del 2015 viró hacia un 0,2%.
Por un lado, una de las causas impulsoras son las mayores inversiones en inventarios de bienes no duraderos, pero, por otro, le ha restado empuje el fortalecimiento del dólar; las disputas laborales en puertos, lo que le quita fluidez al comercio internacional; los groseros efectos invernales en enero y febrero pasados; una menor inversión fija no residencial; y un menor gasto del consumidor a la par de una mayor tasa de ahorro.
La capacidad de utilización industrial en abril pasado, se ubicó, preliminarmente, en un 78,2%, inferior al promedio de las últimas cuatro décadas, reportado en un 80,1%. Se espera al cierre del presente año un crecimiento económico en torno al 3% y un desempleo del 6,3%.
La Reserva Federal persiste en la consecución del mandato dual, en cuanto a la estabilidad de precios y a la promoción de empleo.
Se intentará acelerar el crecimiento económico extendiendo la política monetaria acomodaticia, manteniendo el rendimiento de los fondos federales en el corredor acotado entre un 0% y un 0,25%. Confían en que esta política poco a poco conduzca a la reactivación.
El eventual ajuste de las tasas hacia arriba estará sujeto a la evolución de los indicadores de desempleo, situado en un 6,7%, y de qué tanto la inflación tienda hacia el objetivo con miras a largo plazo, ubicado en un 2%.
Otros aspectos. Si bien los ingresos fiscales se fortalecieron, merced a una mejor recaudación de impuestos; al mismo tiempo, se decidió recortar el gasto, lo que genera síntomas contractivos que contuvieron la demanda agregada. Como amortiguador, se ejecutaron transferencias asistenciales. El año pasado, el déficit fue de un 2,75% y para el término del presente ejercicio se calcula en un 2,50%.
En el sistema financiero, la aplicación de políticas macroprudenciales pretende en este año y en adelante posicionar mejor la industria de intermediación, ante posibles materializaciones de riesgos generados por shocks financieros de orden interno o externo, pero sobre todo de orden sistémico.
Ventas al extranjero. En el ámbito del comercio exterior, las exportaciones decrecieron un 1,2%, particularmente en suministros industriales (petróleo y derivados), vehículos de pasajeros y sus partes. Han venido a menos las ventas a Canadá, Japón y México; pero han aumentado a China. Las importaciones decayeron en un 0,1%, específicamente en insumos industriales.
Finalmente, el índice de confianza del consumidor de la Universidad de Michigan, en abril pasado, arrojó un dato de un 95,9 y ahora, en mayo y de forma preliminar, es de un 88,6 (en lapsos recesivos el promedio se ubica en un 69,3).
Al parecer, la confianza del consumidor entra en modo de cautela atenuando el ímpetu hacia el consumo. Así las cosas, la reactivación de la economía estadounidense en este 2015 mostrará, en el mejor de los escenarios, un paso lento ( slow pace ).
Manuel Zúñiga es economista.