Según las estimaciones de la Oficina Nacional Forestal (ONF), en Costa Rica el uso de la madera en la construcción es de 28,5 %, índice muy inferior al que se da en países desarrollados como Estados Unidos, donde el 50% de la madera producida se destina a la construcción residencial.
La ONF publicará el Informe de usos y aportes de la madera en Costa Rica. Estadísticas 2011. Dicho documento mostrará los datos relevantes del sector forestal, que deben ser de análisis obligatorio por los actores que estén involucrados en la generación o ejecución de políticas ambientales.
Es imposible vislumbrar la anunciada meta de ser un país carbono-neutral, sin el aporte positivo de captura de carbono del sector forestal.
Contrario a la creencia popular, una de las principales acciones para maximizar el secuestro de dióxido de carbono es fomentar las plantaciones forestales e incentivar el uso de la madera en nuestras casas u oficinas; y, en general, en nuestra vida cotidiana.
Algunos datos relevantes de dicho informe que merecen destacarse:
Un 73,7 % de la madera aserrada en Costa Rica proviene de plantaciones; un 23,5 %, de terrenos agrícolas; y un 2,9 %, de bosques.
El uso de la madera generó 15.890 empleos directos. Del total, 11.382 se sitúan en los sectores primario y secundario.
El valor agregado del uso de la madera superó los $284 millones; el 28 % corresponde a empleo.
Por tercer año consecutivo, la balanza comercial de productos y muebles de madera es negativa en $3,53 millones.
La industria de la madera tiene la virtud de generar empleo en zonas con economías desfavorecidas. Si bien el aporte del sector en este rubro es importante, tiende a la baja por la caída en la reforestación.
El informe revela un crecimiento en las exportaciones de madera en troza, y una merma en las de productos finales (muebles). Contrario a lo deseado, el sector exporta materias primas e importa productos procesados y elaborados; es decir, la industria forestal del país amenaza con desaparecer.
Esta situación es el resultado de un mercado local adverso al uso de la madera, por una mal entendida “cultura ambientalista”, donde usar madera es malo y daña al medio ambiente. De acuerdo con estimaciones de la ONF, el uso de madera en una construcción evita 2,2 toneladas de dióxido de carbono por metro cúbico de madera utilizado.
El secreto, por supuesto, es que la madera provenga de fuentes sostenibles (plantaciones forestales y manejo sostenible de bosques).
Cuando la actividad industrial disminuye y se fomenta la producción de materias primas, la rentabilidad del negocio baja y, evidentemente, menos inversionistas están dispuestos a sembrar; por eso el área de plantaciones decrece.
Costa Rica ha entrado en este círculo vicioso que es necesario revertir; de no hacerlo, la actividad forestal tenderá a desaparecer, con el respectivo impacto negativo en el empleo, en la balanza comercial, en la capacidad país de capturar carbono y lograr así la meta de c-neutralidad.
Juan Solera Osborne Miembro de la Junta Directiva de la Oficina Nacional Forestal (ONF)