El 22 de octubre de 1982 se publicó en Bogotá, como en muchas partes del mundo, una noticia divulgada por la agencia UPI, que se iniciaba como sigue: “El exiliado escritor colombiano Gabriel García Márquez, que no puede entrar en Estados Unidos por su política izquierdista y amistad con el presidente cubano Fidel Castro, ganó hoy el Premio Nobel de Literatura”. Treinta y cinco años después de publicada esta noticia, me encuentro, en la versión digital del periódico español El País, una noticia publicada en un lugar poco destacado, pero que despertó mi interés inmediato: “Todo Gabriel García Márquez para todo el mundo”, firmada por Pablo Ximénez de Sandoval e ilustrada con una curiosa fotografía del laureado escritor en compañía de Pablo Neruda en Normandía.
La noticia nos informa de la adquisición, digitalización y puesta a la orden de cualquier persona interesada, en forma abierta y sin restricciones ni costo alguno, de todo el archivo personal del escritor, compuesto por miles de manuscritos, fotografías y todo un scrapbook de documentos variados.
Una mina de información fascinante, producto de la tecnología actual, utilizada de la mejor manera posible, gracias a los más de dos millones de dólares en que la familia del genial escritor negoció con la Universidad de Texas, a través de su centro de archivos digitales localizado en el Harry Ramson Center.
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Fuente de información. Los documentos, adquiridos en el 2014, han sido procesados y digitalizados para que puedan ser utilizados como fuente de información de investigadores, especialistas o simplemente admiradores del escritor, como en mi caso. Solo es necesario tener un dispositivo electrónico con capacidad de conexión a Internet y se accede por medio de la dirección electrónica www.hrc.utexas.edu/ggmdigital.
Entre las novedades que logré observar están las 10 versiones que García Márquez escribió de su novela En agosto nos vemos, con la que nunca logró estar satisfecho para que se publicara.
El sitio cuenta, entre otros recursos, con la herramienta denominada “mirador”, que permite comparar versiones de los manuscritos, de acuerdo con lo que explica Ximénez, quien también nos cuenta que Stephen Ennis, director del Centro Harry Ramson, anunció que este de García Márquez es el primer gran archivo completo adquirido de un escritor latinoamericano. Sin embargo, hay un error en el artículo, o en las declaraciones de Ennis, ya que se consigna que el centro cuenta con colecciones similares de James Joyce, Jorge Luis Borges, Ernest Hemingway y Samuel Beckett. En otras palabras, que ya tenía los documentos del gran Jorge Luis Borges, otro latinoamericano insigne, a quien, como sabemos, no se le otorgó el premio nobel.
Paradoja. Utilizando el acceso a esta maravillosa colección, encontré la noticia con la que inicié este artículo. Y, como vimos, al gran Gabo se le negó insistentemente el ingreso a los Estados Unidos por motivos extraliterarios.
Lo paradójico del caso es que sus escritos, es decir, su huella como ser humano, lo más cercano que podemos tener de su existencia, hoy reside en el corazón de ese país, en Austin, Texas. Lo mejor de todo, recibiendo visitas de miles de curiosos, interesados en la obra del padre de El coronel que no tiene quien le escriba, del general que está en su laberinto y de Aureliano Buendía, quienes seguirán contando historias a través de las interpretaciones que serán publicadas en numerosos artículos de la obra de Gabo.
Quedamos todos invitados a visitarlo, sin restricciones, en su nueva morada digital.
El autor es administrador de negocios.
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