De camino a mi trabajo, pasando al frente al comedor del Ejército de Salvación, cerca del Museo de los Niños y en donde son cada vez más los indigentes y drogadictos de todas las edades que acuden, el estribillo de la canción “Nosotros no necesitamos otro héroe”, me sacó de mis pensamientos.
La razón fue que me puso en perspectiva cuál es el problema y la carencia más importante que tenemos en nuestro país y que particularmente impacta negativamente a la población infantil, adolescente y juvenil.
Desde hace algunos años, pienso que el principal problema es ético y de él se derivan los modernos jinetes del Apocalipsis: la desigualdad, la pobreza, la violencia, la corrupción y la impunidad.
Llenar carencia. Es por esto que, como nunca, a diferencia del estribillo, nosotros sí necesitamos llenar la carencia de modernos héroes y heroínas, que catalicen un cambio en nuestro país.
Ante la ausencia de estos héroes y heroínas de la ética, son las estrellas del espectáculo musical o futbolero, las que han venido a llenar las necesidades de “admirar a alguien” ( RAE. Tener en singular estimación a alguien, juzgándolo sobresaliente o extraordinario). Un buen ejemplo es la venta acelerada de entradas para las actividades de inauguración del nuevo Estadio Nacional.
Por esto es vergonzoso y un verdadero mal ejemplo, como acostumbraban decir con real enojo nuestros padres y abuelos, el que un día sí y otro también se destapen actos execrables, especialmente en la función pública, que para bien o para mal es una pasarela de formación de los niños y adolescentes. Evidentemente, el sector privado tampoco se escapa de este estado de cosas. Un video que se puedo observar en la página http://www.youtube.com/watch?v>Sx0Ij5-xZGg & feature>player_embedded muestra una entrevista a un profesor egipcio Wassem Wagdi, que participa en una manifestación en Londres de apoyo a sus compatriotas y que manifiesta cosas significativas.
Primero, los motivos de su presencia, que se pueden resumir en que es un acto de “solidaridad con los héroes” que luchan en Egipto contra el sistema corrupto y que “quieren vivir una sociedad más humana” y con lágrimas en sus ojos dice que “es algo que he estado esperando contra toda esperanza, que ocurriera en mi vida”, y agrega “no estamos esperando a nuestros hijos para soñar, hoy estamos convirtiendo en realidad nuestros sueños, HOY”.
Cerrando sus emotivas palabras, añade: “las masas están limpiando a Egipto de la suciedad y a la vez se están limpiando a sí mismos de todo remanente de miedo y han levantado la cabeza muy arriba y nadie se las hará bajar”.
Clase política y responsabilidad. Muchos de los héroes y heroínas nuestros son anónimos y dichosamente son numerosos, lo que hace de nuestra reserva moral un importante baluarte. Sin embargo, necesitamos que se abran espacios para que se manifiesten, somos todavía un país cuyo grado de libertades permite todavía alternativas de actuación.
En esto la actual clase política tiene una enorme responsabilidad histórica, ya que si no se depuran los cuadros políticos y se da una apertura a la participación, la olla de presión continuará y el continente de insatisfacción crecerá, en un país con una importante masa crítica, que indudable y humanamente tiene que tener un límite para la espera.