Adiós a la urbanidad

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Parece ser que existe un acuerdo tácito para eliminar la urbanidad. Uno se sorprende actualmente cuando lo tratan con respeto y cortesía en un local comercial. No sé si les ha sucedido, pero es casi inaudito cuando una persona joven, que podría ser nuestro hijo o nieto, nos trata de “vos” o, peor aún, nos tutea con un acento ajeno a lo costarricense y, además, se nos iguala en el trato con un nivel de afectación que imita lo televisivo –aclaro: de la mala televisión–.








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