Decepcionó la respuesta del jefe de fracción del PAC ante la solicitud de crear una comisión legislativa para estudiar el financiamiento del Movimiento Libertario. Sostener que están de acuerdo solo si se investiga a todos los partidos es el argumento de un socio protector y no la del propio partido que solicitó las investigaciones judiciales. Los tiempos son diferentes. Los principios se hicieron elásticos.
Días antes ya había causado sorpresa la respuesta tímida del mismo jefe de fracción del PAC cuando se dieron a conocer acciones derivadas de una investigación independiente realizada en Estados Unidos, relacionada con el mismo tema. Fue la misma timidez que prevaleció en los círculos afines a la alianza opositora legislativa, todavía extasiados por los resultados del primero de mayo. Eran tiempos de celebración. La razón crítica: bien, gracias.
Amnesia. Más atrás, para el 1.° de mayo, el PAC privilegió la tesis que era importante ganar el directorio para equilibrar el ejercicio del poder actual, que consideró demasiado concentrado. En consecuencia, no importó nada de sus socios; olvidó profundas diferencias sobre el país; las historias conflictivas se hicieron aparte; hubo amnesia sobre, justamente, denuncias previas. Ni siquiera plantearon exigir que sus nuevos aliados renunciaran a los cargos obtenidos con la alianza de hace un año con el Gobierno. Fueron tiempos de política, no de ética. Eran tiempos de oportunidad, no de valores.
Las investigaciones judiciales sobre el Movimiento Libertario continuarán, con o sin investigaciones legislativas. Ojalá que en el camino no quede también la verguenza propia del PAC, quien no tuvo mejor idea para enfrentar su propio destino que sacrificarse a sí mismo. Algo así como aquello que propuso Mefistófeles a Fausto: “Aunque no soy un señor de campanilla, si quieres unirte a mí y emprender juntos el camino de la vida, consiento gustoso en pertenecerte ahora mismo, en ser tu amigo, tu criado y hasta tu esclavo”.
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