En el marco de la Cooperación Costarricense-Alemana, el Programa CYMA, liderado por una plataforma interinstitucional conformada por el MIDEPLAN, MINSALUD, MINAET, IFAM y CICR, se enfoca al mejoramiento de la gestión de los residuos sólidos, tanto a nivel nacional como local. El programa CYMA ha realizado un esfuerzo sostenido por varios años, motivando la toma de conciencia, educando, recabando información, planificando y participando directamente con las municipalidades y comunidades.
El Presol, “Plan de Residuos Sólidos”, su plan de acción y el seguimiento realizado por la UNCIP, conduce al éxito de la disciplina social de las 4 Rs acerca de los materiales que terminan en los basureros: Rechazar, Reducir, Reutilizar y Reciclar.
Apoyándose en ese valioso aporte del Presol, que es dinámico y permanente, el paso nuevo que sigue es empezar a trabajar en la quinta “R”: Recuperar la energía de los “Residuos Sólidos Municipales” (RSM) postseparación para reciclaje, para convertirlos en energía renovable, sustituyendo los contaminantes botaderos y rellenos sanitarios y convirtiendo la basura, que es un desecho peligroso, en productos útiles para la sociedad, como electricidad y biodiésel.
Este nuevo paso, como los otros que desde hace varios años le han precedido, requiere de una afinada coordinación con el esfuerzo ya realizado y una planificación igualmente profesional y cuidadosa, acompañadas por la voluntad política del Poder Ejecutivo.
Lo planteado aquí es un proceso; se requerirán varias plantas de tecnología de conversión (TC) que no necesariamente se construirán simultáneamente ni utilizarán la misma TC, localizadas en diferentes lugares de la geografía nacional, conforme se den los cierres técnicos de los existentes rellenos sanitarios cercanas a los centros donde se generan los RSM para disminuir los costos de transporte y la huella de carbono que causa la flota nacional de recolectores de RSM.
Los grupos de municipalidades que quieran y puedan participar en estos emprendimientos necesitarán del liderazgo de un consultor conocedor de las TC, especializado en la temática ambiental local e internacional ante el cambio climático y experimentado en la generación de electricidad a partir de recursos renovables en Costa Rica. El consultor, por medio del Minaet, debe inscribir el programa ante la UNFCCC (Oficina de la ONU del Cambio Climático) como un NAMA (Nationally Appropriate Mitigation Actions).
Esta inscripción permitirá no solamente obtener los certificados de reducción de emisiones (CER) en el futuro, sino también legitimar el programa ante fundaciones como GIZ, CRUSA, NORAD, CIDA, DANIDA, para darles contenido económico a los estudios de factibilidad, que permitan identificar las TC con mejores rendimientos para el tipo de RSM que tenemos y a las mejores empresas internacionales que operan con esas TC, para que participen en los diferentes procesos de selección que preceden al otorgamiento de contratos a largo plazo, para darles tratamiento a los RSM de las municipalidades y la venta de electricidad al Grupo ICE.
Costa Rica no tiene la tecnología, el conocimiento, la pericia, la experiencia ni la cultura que le da valor a la basura que todos generamos, convirtiéndola en energía renovable. Tanto así es, que nuestra basura es uno de los tres lunares malignos del perfil ambiental nacional; los otros son el mal manejo de las aguas vertidas (agenda café) y la huella de carbono del parque de transporte; este último es mucho más significativo, pero menos notorio que la basura.
No debemos omitir mencionar los contemporáneos escabrosos antecedentes relacionados con los residuos sólidos municipales: un contrato de suministro de electricidad a partir de gas metano de Río Azul, donde la ARESEP no fijó la tarifa, paralizado y con demandas en los tribunales; en otro caso, un exalcalde y un ex alto funcionario de una empresa operadora de rellenos sanitarios, condenados y privados de su libertad y el cierre legal cautelar de un botadero municipal en la zona sur con destitución por plebiscito de su alcalde.
Estos antecedentes, lejos de ser un prejuicio para resolver el problema del tratamiento de los RSM con tecnologías de conversión a energía, debe servir de escarmiento para que las negociaciones necesarias para lograr esas soluciones sean públicas, transparentes, sólidas y apegadas a las leyes y a la normativa vigente.
Extirpar del perfil ambiental nacional su más notorio lunar maligno, además de ser el deseo de todos, debe ser una resolución ambiental para el 2012.