Fuera de todo lo previsto, el tráfico en el Aeropuerto Internacional Juan Santamaría ha crecido un 13% en los últimos meses, algo inimaginable hace unos años atrás, cuando el aumento en la temporada más alta nunca pasó del 6%.
Esto quiere decir que al vencimiento de la concesión que prevalece, en el 2026 podríamos estar superando, ahora sí, los diez millones de pasajeros al año.
¿Cómo vamos a recibirlos con las limitaciones y restricciones del espacio aéreo del Juan Santamaría? ¿Cuántos aviones de cuerpo ancho se necesitarán para mover semejante volumen de pasajeros, conociendo lo restringido que está nuestro aeródromo para este tipo de aeronaves?
El crecimiento del Daniel Oduber también impresiona en positivo, anda sobre el 20% en el primer semestre del año. La ventaja es que en este aeropuerto era predecible desde la construcción y puesta en operación del nuevo edificio terminal, para eso se previeron en el contrato las ampliaciones que se le deben estar haciendo; además, es un aeropuerto sin limitaciones en su espacio aéreo.
Sin embargo, es urgente que la Dirección General de Aviación Civil (DGAC) y el Consejo Técnico de Aviación Civil (Cetac) apuren el recarpeteo y la extensión de la pista activa en longitud, lo mismo que la construcción de una calle de rodaje.
Factores a favor. La crisis del Medio Oriente y la inseguridad que ha generado en Europa se ha convertido en el mejor ministro de Turismo para nuestro país, sin menospreciar el excelente trabajo de don Mauricio Ventura en el ICT.
Claro está que si a esta circunstancia le sumamos la principal razón, que bien describe uno de los medios más importantes de España, El País, el resultado sería mucho más favorable en los próximos meses y años.
Dice El País: “Costa Rica el país que acuñó el eslogan 'sin ingredientes artificiales', alberga cerca del 6% de la biodiversidad mundial, en este paraíso de apenas 52.000 kilómetros cuadrados –10 veces más pequeño que España– y de unos cinco millones de habitantes, hay más de 230 especies de mamíferos, 12.000 tipos de plantas y 850 especies de aves”.
Vuelvo a nuestros insistentes comentarios con relación a que es urgente que el gobierno apure las acciones que conduzcan a la construcción lo más rápido posible del Aeropuerto Metropolitano de Orotina, que, como lo dije en un artículo anterior publicado en este mismo medio, reviste la más alta importancia para el país.
El gobierno debe hablar seriamente de la construcción de este nuevo aeropuerto, la ampliación de la ruta 27, la construcción de un hospital o mejorar los tiempos de recorrido y ampliación del hospital de Puntarenas, el funcionamiento ágil y eficiente de un ferrocarril y otros medios de comunicación que garanticen la fluidez necesaria que se requerirá.
Concesión. Las nuevas cifras de crecimiento del Juan Santamaría me obligan a ampliar en este comentario algunos aspectos que no se han mencionado antes y que es absolutamente necesario hacerlo ahora para que se tomen en cuenta en el avance de este importante proyecto, que tiene que ver con el desarrollo y las posibilidades de competitividad del futuro de nuestro país.
Los expertos han mencionado que el nuevo aeropuerto podría tener un valor cercano a los $2.000 millones, que se convierte en una cifra muy difícil de manejar para el Gobierno de la República en medio de la crisis fiscal que vivimos.
Por lo anterior, solo cabría la figura de concesión de obra pública, que podría revestir interés para los inversionistas y operadores de aeropuertos, incluida posiblemente la propia Aeris, que sería, por razones obvias, la mejor alternativa si se resuelven aspectos importantes que tienen que ver con la viabilidad económica del proyecto y la eliminación de algunas cláusulas cuestionables con que se maneja el contrato de gestión interesada en el Santamaría y el contrato de concesión en el Daniel Oduber. Sin estos requisitos, sería muy difícil interesar a estas empresas en semejante inversión.
Uno de estos aspectos son las reglas del juego que utiliza la Aresep para los cálculos tarifarios y la lentitud en sus estudios de actualización; es necesario, también, que el gobierno invierta un porcentaje de estos $2.000 millones en compra de terrenos, movimiento de tierras y otros, para que dicho monto no se vaya a la tarifa de tasas de aterrizaje, aproximación, iluminación de pista, uso de terminal, de rampa, y otros ( landing fees ), de lo contrario, sería inviable la operación o utilización del aeropuerto, por la elevación de costos por concepto de estas para las líneas aéreas.
Mejor administración. El otro aspecto es la obligación por ley de mantener la administración de las tiendas libres en manos del IMAS. Con esto no quiero decir que deba quitársele a esta institución sus ingresos provenientes de estos puestos, es la administración en sí lo que hace que uno de los mejores negocios en todos los aeropuertos del mundo, aquí no lo sea tanto, por la administración de una empresa estatal, limitada por lo poco ágil y el entrabamiento que significa someterse a la Ley General de Administración Pública.
Conozco perfectamente que detrás de esto hay muchos intereses, sindicato, empresas proveedoras, etc., pero si queremos aeropuerto, porque lo necesitamos con urgencia, debemos conocer las realidades y buscar con tiempo y prudencia las soluciones.
El autor es exviceministro de Transporte Aéreo.