Enfoque

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Cuando uno es chiquitillo, esmirriado y, encima, ningún Adonis, las cosas cuestan más. Una “caricia” para un fortachón es, en cambio, un sopapo bien dado para uno; aquel siempre mira cómodo para abajo y uno debe estirar el pescuezo; en el colegio, bailar con aquella guapura era para Fulano un jamón, pero una quimera para el hijo de mami. Sinsabores aparte, no escribo un manifiesto en contra de la injusta distribución de los dones. Hoy no pienso en personas, sino en países y, concretamente, en Costa Rica.








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