En la entrevista del miércoles pasado en La Nación, sobre el 60.° aniversario del PLN, se presenta a Francisco Morales, exministro de Trabajo y exdiputado, como “el despertador” de este partido. Un despertador, según el diccionario, “activa una alarma para despertar a quien duerme”.
No sé cuántas veces Francisco Morales puso el despertador en el Ministerio de Trabajo en el Gobierno de Arias ni cuántas ha despertado al PLN, pero lo cierto es que, en esta oportunidad, en vez de despertarlo, contribuyó a dormirlo, teniendo en cuenta que Fernando Berrocal, exministro de Seguridad Pública, calificó al PLN, el 11 de octubre pasado, en este periódico, más como “una maquinaria electoral” que como un partido.
La cosa es seria, muy seria, pues ser una maquinaria significa perder el alma. Los festejos de este aniversario lo demuestran: carencia de pensamiento y de sentido crítico de cara al pasado e indolente ante la visión de futuro. Quizá la polémica entre los expresidentes Monge y Arias en La Nación, en estos días, avive las almas adormecidas.
Pero vamos con el despertador. A la pregunta sobre “el futuro del partido y el aporte de nuevas generaciones”, don Francisco responde: “'yo tengo una visión muy optimista del país y del partido, vea qué cosa más rara”. Bien está el optimismo de la voluntad, como se ha dicho, pero este requiere el pesimismo de la inteligencia, que busca, penetra, analiza, propone e ilumina. ¿Cabe esta respuesta sobre el futuro del PLN en un mundo transido por hondas y crecientes crisis, y un país, como Costa Rica, avasallado por estos estertores, así como por el enorme déficit fiscal heredado del Gobierno anterior y, como si fuera poco, por el sismo moral y financiero de la CCSS, imagen de un Estado decadente?
A la pregunta sobre las elecciones del 2014, don Francisco responde que, aleccionado por su “experiencia en todas las campañas”, el PLN “ganará”, si se dan tres condiciones: apoyar a la Presidenta, lo que supone mejorar la relación con el partido y con los hermanos Arias; apoyar a la fracción y a los 59 alcaldes, donde “yo anduve –dice– con Rodrigo Arias por todo el país”, y “salir todos juntos en el 2014 con un candidato de un partido unido”. Al final, cierra con una sentencia: “El PLN siempre ha estado embarazado de candidaturas”.
En síntesis, lo que importa, sobre todas las cosas, es ganar las elecciones, esto es, que funcione aceitada la maquinaria y sigan desactivados los despertadores ante un mundo adolorido y una patria asediada. Dulces sueños que, en el mundo cambiante de hoy, suelen producir inesperadas pesadillas.