Editorial: Claridad sobre Reventazón

El 26 de setiembre, consultamos por la situación de una galería inundada y si afecta a la planta. La respuesta fue un comunicado donde se calificó como “falso que exista una condición de riesgo en Reventazón”. No obstante, en agosto, el área de Ingeniería y Construcción del propio ICE mencionó la posibilidad de un cese de operaciones si no se le da urgente solución a los problemas de la planta. El oficio fue redactado en el marco de una contratación de urgencia para obtener criterio experto sobre las fallas y su solución.

Las intervenciones practicadas por el ICE a lo largo del tiempo no dieron resultado y a la fecha la entidad ignora las razones del comportamiento “anormal” del macizo rocoso sobre el cual descansan los cimientos del vertedero de la planta. La anomalía, dice la documentación, se presenta desde el primer llenado del embalse, en el 2015.

El secretismo del ICE impide saber cuántas intervenciones ha practicado y cuál ha sido el costo, pero la búsqueda de consultores internacionales mediante el Sistema Integrado de Compras Públicas (Sicop) ofrece una oportunidad para conocer y confirmar muchos aspectos de la gestión de la planta.

Según la documentación, el comportamiento geológico “ha impedido subir el nivel del embalse hasta el valor máximo de operación considerado en el diseño”. Según el Plan de Expansión de la Generación 2014-2035 publicado por el ICE en abril del 2014, Reventazón generaría un promedio anual de 1.560 gigavatios (GW), pero nunca lo logró, y ya en el Plan de Expansión de la Generación 2020-2035 se le atribuye un promedio de generación de apenas 1.066 GW anuales.

Según el ICE, los factores que afectan a la planta eran imprevisibles. En ese caso estarían a salvo las responsabilidades de los participantes en el diseño y construcción, pero no excluye la necesidad de una rendición de cuentas. También importa esclarecer las actuaciones de la institución y sus funcionarios a partir de la detección de las fallas.

El deterioro de la infraestructura comenzó antes de la inauguración. Según las especificaciones técnicas del concurso publicado el 18 de noviembre para contratar a los expertos, el macizo rocoso ha tenido un comportamiento “anormal” desde el primer llenado del embalse, en el 2015. El ICE pronto se dio cuenta de la imposibilidad de aprovechar la represa a plena capacidad y, en el 2017, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), involucrado en el financiamiento de la planta, advirtió de la construcción en una zona “de muy alto riesgo de deslizamientos y con movimientos de masa activos”. Al mismo tiempo, mencionó fugas en las galerías de drenaje bajo la fundación del vertedero de excedencias (salida del agua para regular el nivel del embalse). Ahora, hay técnicos del ICE preocupados por la posibilidad de una interrupción de las operaciones.

Es hora de hablar con claridad sobre el proyecto hidroeléctrico Reventazón. Las posibles consecuencias para la economía, las tarifas eléctricas y el desarrollo energético exigen un examen a conciencia. Bien podría quedar a cargo de la Comisión de Energía de la Asamblea Legislativa.