Editorial

Editorial: Aniversario de grandes aportes

A 30 años de la reunificación, el aporte de Alemania no solo es vital para Europa, sino también para el resto del mundo.

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El 3 de octubre de 1990, a menos de un año de haber caído el ominoso Muro de Berlín —el 9 de noviembre previo—, señal inequívoca del fracaso comunista, Alemania se convirtió en un país unificado. La República Federal Alemana (RFA), la mitad democrática surgida tras la Segunda Guerra Mundial junto con la socialista República Democrática Alemana (RDA), adquirió ese día soberanía sobre la totalidad del territorio. Comenzó entonces un proceso de integración, aún inconcluso, y que, aunque no ha carecido de tensiones, exhibe un saldo ejemplarmente positivo para los propios alemanes, para el conjunto de Europa y para el sistema internacional.








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