Me dice un amigo experto en sondeos de opinión que el costo de vida perdió relevancia como tema esencial en las campañas políticas de oposición. ¿Cuál será la razón? Barajemos algunas hipótesis.
Una, es que han surgido, o sobrevivido, otros temas más relevantes, como las dimensiones emocionales y afectivas del candidato: “alguien con sentimientos, sensibilidad, humanitario, identificado con todo tipo de personas, que se muestre tal cual es y lo haga de forma sencilla, sin pretender ser un Dios ni nada parecido, pero que, sin embargo, evidencie una sólida cultura y experiencias más allá de lo profesional”; también, que el nuevo electorado ( millenials ) no responde a inquietudes convencionales, sino a “cosas” nuevas que les puedan interesar y con la que se puedan identificar.
Otra –la que más me seduce por mi deformación económica–, es que la inflación finalmente se ha llegado a controlar, pues se ubica en el piso de las encuestas del INEC. Con inflación cero en el último año (técnicamente negativa -0,88%) y probablemente muy baja en los 12 meses antes de la elección (entre un 2% y un 3% según mi báscula), el argumento de que todo sube y sube dejó de tener verdadera fundamentación. Ya no cala. Descendió a la categoría de “lloradera consuetudinaria de los ticos” en las entrevistas cajoneras de canales de televisión, ayunas de substanciación estadística.
La inflación y devaluación ya no son foco de atención (ni maldición) en los borrascosos salones de sesiones de la Asamblea Legislativa; más bien, la estabilidad monetaria y cambiara se desplaza señorialmente en los pasillos del Banco Central para desmayo (y envidia) de quienes lo critican acremente y desean forzar nuevamente precios encrespados para lastimar al electorado. Es un juego político. ¡Qué ironía! La estabilidad tal vez se cruce a la acera política de enfrente.
En una discusión en el Club Unión sobre la muerte anunciada del PAC, vaticinada por (casi) todos los presentes, yo, sin ser del PAC (nunca lo he sido), dije: suave, la estabilidad monetaria y cambiaria son trapitos de “dominguear”. Algo habrán de calar. Mis expectativas son que la inflación va a repuntar moderadamente en los próximos 16 meses para ubicarse más cerca de las metas de inflación, rayana con la de los socios comerciales, pero el ajuste no será lo suficiente como para revivir el espectro del costo de vida como tema central de la próxima campaña (a menos, claro está, que en lo que resta del período los funcionarios del Central desenchufen sus “compus” y se vayan con sus “compas” de parranda).