El estudio de la UCR sobre la salud financiera del régimen de pensiones de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) deja mal parados a quienes han gobernado la CCSS en los últimos 10 años y, sobre todo, mandos medios.
Desde presidentes ejecutivos hasta gerentes, nos garantizaron a los cotizantes del régimen de pensiones de que no había motivo de preocupación de aquí a tres décadas.
Todos, presidentes ejecutivos, directivos y gerentes, desoyeron las alertas de la Superintendencia de Pensiones (Supén) y de actuarios extranjeros quienes, han urgido cambios de fondo, no remiendos, en el régimen de jubilaciones.
De no hacerse, peligran las pensiones de los que cotizamos hoy para asegurarnos un ingreso en nuestro retiro. Esas reformas, sin embargo, las han dilatado año a año a costa de desacreditar a la Supén y los estudios actuariales de dos firmas extranjeras que pronosticaron que las reservas del fondo se agotarán antes del 2028.
La mexicana Nathal Actuarios y Consultores previó, en el 2009, que el régimen entrará en crisis en el 2023 y el argentino Eduardo Melinsky indicó en el 2015 que será del 2023 al 2028. Ahora, la Universidad de Costa Rica, en su estudio actuarial, viene a advertir que ocurrirá en el 2030, 10 años antes de lo proyectado por los actuarios de la CCSS.
Estos especialistas de la Caja se han casado con el informe del 2010 contratado a la Organización Internacional de Trabajo, el cual dictaminó que la reserva será negativa en 2044, dato que hoy resulta dudoso.
De no haber sido porque el exsuperintendente de pensiones Édgar Robles cuestionara los cálculos alegres de la OIT y la CCSS, no se habrían dado los estudios que confirman que estaremos en una situación preocupante en solo 15 años.
Robles, desde su cargo, fue beligerante, combativo y hasta llegó a denunciar que la CCSS sobreestimaba los ingresos del fondo y el crecimiento de la reserva del IVM.
Con este décimo estudio actuarial al IVM en los últimos nueve años, queda en evidencia cuán equivocados han estado la Junta Directiva y los gerentes. En adelante, será difícil confiar en sus cifras.
Ellos, con tantos dimes y diretes, omisión y pasivisidad, solo han provocado que se perdieran años valiosos en la toma de decisiones para dar buena salud al IVM.