Los bancos públicos les han ganado la partida a los bancos privados en el manejo cambiario y crediticio. ¡Qué ironía! Quienes presumían de ser muy ágiles y subestimaban la capacidad de los funcionarios, han debido retirar sus palabras. Como al presumido de Maradona, les metieron 4 a 0.
El primero vino con la dolarización del patrimonio: los privados le apostaron al dólar y perdieron; los públicos al colón, y ganaron. Luego, en la colocación de crédito, los privados le fueron de nuevo al dólar y vieron su guardameta caer; los públicos, en cambio, fueron fieles al colón y se anotaron otro tanto. ¿Por qué un marcador tan dispar? La incertidumbre cambiaria y menores tasas de interés inclinaron la afición a deber en colones. Mientras el crédito en moneda extranjera cayó un 6% en la banca privada, en la pública subió un 8% en colones.
Al ver el encuentro en diferido salen a relucir las diferencias de estrategia. Los privados siempre mantuvieron una proporción mayor de sus activos en dólares, despreciando al humilde colón. Estaban acostumbrados a un réfer i complaciente y no tenían que asumir ningún riesgo cambiario. Todo recaía en el Banco Central. Era fácil meter dinero externo en la cancha, jugar a sus anchas, endeudarse a lo seguro, prestarlo con alta rentabilidad por la devaluación, y obtener pingües ganancias.
Nunca creyeron en la moneda nacional. Pero el colón, reivindicado, se templó. Y los golpeó donde más dolía: en el bolsillo. Les faltó agilidad y esa visión prospectiva de la que tanto presumían. Según La Nación, “la baja en el dólar fue uno de los principales factores que explican las menores ganancias o pérdidas de la banca privada en el primer trimestre del año. En conjunto, registró pérdidas por ¢2.600 millones luego de tener ganancias por ¢11.000 millones en el primer trimestre del 2009 (actualizadas a valores del primer trimestre de este año)”.
En cambio, los bancos estatales obtuvieron utilidades en ese período, pues mantenían una posición patrimonial neutra; es decir, no apostaron a favor ni en contra del colón. El anterior gerente (a. í) del Banco Nacional lo señaló en un aleccionador artículo: La regla de oro es no especular. Los otros sí lo hicieron. Según el último Informe Mensual de Inflación del Banco Central (pág. 47), el tipo de cambio varió, entre otras razones, por los ajustes en las posiciones patrimoniales de algunos bancos. Cuando el tipo de cambio subía, aumentaban su posición (y presionaban el tipo de cambio, agrego yo), y cuando iba a la baja, la bajaban. Me alegro que el staff del Banco lo sacara a relucir. Que también suenen por ellos las vuvuzelas de la afición.