La construcción de la realidad es mediada y relativa en televisión. Mientras unos eventos son reales en el continuo, otros son recreados, generando una realidad alterna que es verdadera solo para los televidentes de un canal en particular. Siempre pasa, pero es más fácil de observar durante eventos como las elecciones nacionales. Por esta razón mientras un evento es importante para un canal, en otro vivimos momentos diferidos.
Comprender esto es importante para definir las acciones de los canales de cara a las elecciones. De la oferta informativa le dimos seguimiento a Repretel (canal 6), Teletica (7), As Media (9) y el estatal Sinart (13).
Se trató claramente de esfuerzos similares a los noticieros, pero prolongados. Más desde la táctica que de la estrategia.
Mientras que el Sinart y As Media apostaron en estudio con incursiones en la calle, Repretel y Teletica aprovecharon sus múltiples recursos para generar esa sincronía de momentos alternos mezclando diversas realidades.
Todos los canales utilizaron materiales pregrabados, sin embargo no todos lograron esa presencia a nivel nacional que demanda este evento.
El 7 sacó más provecho de la pantalla dividida, al igual que canal 6, llevando imágenes de otras ubicaciones mientras que esperaba durante momentos críticos.
Canal 9 al igual que canal 13, se apoyó en bloques de análisis con especialistas, dedicándose al análisis profundo y extenso. En el caso del 9, se basaron en los programas que bien afianzaron a lo largo de la campaña.
Cada acercamiento nos habla de los recursos disponibles para cada propuesta, pero la reacción ante la agenda del día facilitaba que las realizaciones padecieran de desperfectos técnicos. Las dinámicas las hacían más susceptibles al error, normal en estos eventos.
Mezclas de audio, videollamadas por Skype muy pobres, manejos de cámara improvisados, pases en directo fallidos: no hubo un canal que se salvara de estos problemas. A diferencia de las transmisiones desde estudio, en este tipo de realización desconcentrada es más normal errar. Se puede haber pasado por la trinchera de las elecciones, sin embargo no hay dos iguales. Los eventos son cambiantes y disímiles entre sí.
Sucede que los canales se preocupan por tener la mayor cantidad de fuentes y, sobre todo en la era del video por Internet, este no siempre resulta gratificante en calidad, pero la realización tampoco. Por ejemplo, una periodista con pocos recursos en un consulado extranjero perfectamente mejora su realización con una coordinación previa.
Las transmisiones habitualmente debían sostenerse por parte de los periodistas. Esto generó traslapes de momentos creados y orgánicos que suscitaban los cortes abruptos de la información. Esto sucedió en dos casos interesantes y atípicos.
La votación de Araya fue lenta pues su recinto no cumplía requisitos adecuados para que los medios tuvieran un buen registro. Luego de un rato de espera, los camarógrafos comenzaron a incidir incitando al voto a como diera lugar. Esto abre el debate sobre los camarógrafos y su relación con el entorno: ¿atestiguan el entorno o pueden modificarlo? Particularmente pienso que no deben alterarlo, sino registrar la realidad de manera neutral.
El segundo caso es similar. Luis Carlos Monge creó una algarabía falsa al pedir una bulla en un centro de votación. No se trata de un animador, sino de un periodista que reporta sobre el ambiente, no se lo ha enviado para crear los hechos.
La implementación de nuevas tecnologías hicieron oportunas y variadas las intervenciones. Teletica presentó lo que la audiencia reconoció como un holograma, que viene siendo técnicamente una pantalla verde en conjunto con sistema de motiontracking en vivo. Repretel utilizó una tecnología similar, pero no tan vistosa. Al final, los datos resultaron siendo los mismos del pastel, pero mucho más apelativos.
El del domingo fue un buen ejercicio en que los canales siguen encontrando puntos de mejora, y en el que otros dan sus primeros pasos. Esperemos mejoras en sus ejecuciones para la segunda ronda, que tiempo tienen para hacerlo.