Sería raro – y hasta peligroso– que haya alguien dispuesto a dejar a sus hijos al cuidado de un padre como Homero Simpson. En tan solo una tarde sería capaz de exasperarlos, maleducarlos; probablemente hasta los extraviaría y regresaría a casa sin darse cuenta.
Para cuidar a un hijo recomendamos mejor una figura paterna como Cliff Huxtable ( El show de Cosby ), quien garantiza risas y muy buena educación. También podría pensarse en un Danny Tanner ( Tres por tres ), quien asegura muy buenos hábitos de higiene así como consejos inolvidables al final de cada capítulo, acompañados por el sonido de un piano.
En la televisión, al igual que en la vida real, hay papás de todas las clases y categorías. Las series de ayer y hoy nos han enseñado muy bien que los papás pueden ser tanto abnegados como irresponsables, atentos o indiferentes, buenos y malos. Todo depende, por supuesto, del programa con el que se mire.
En la presente selección de padres de la pantalla chica, tratamos de ser los más inclusivos en cuanto a épocas y cualidades.
Tenemos, por ejemplo, a padres que la televisión nunca nos mostró a color. Entre ellos recordamos al particular Homero Adams, quien en la década de los año 60, dejó claro que su figura paternal no es tan monstruosa , a pesar de que tiene prácticas tan particulares como bañarse en ácido.
Durante 14 años (entre 1959 y 1973), la televisión nos dejó ver a otro papá inolvidable: el buen Ben Cartwright, un hombre de reputación intachable y vocación de trabajador incansable.
En el año 2007, la publicación estadounidense TV Week colocó a Cartwright en el segundo lugar entre los 50 papás favoritos de todos los tiempos.
¿Saben quién se ubicó en el primerísimo primer lugar? Ya lo recomendamos y no lo hacíamos de manera infundada. El adorable personaje Heathcliff, Cliff , cabeza de la familia Huxtable, sigue siendo uno de los personajes predilectos por la audiencia televisiva.
Bill Cosby interpretó al obstetra entre 1984 y 1992, encarnándolo como una figura paterna ejemplar para sus cinco hijos. Aquella imagen de su papel se quedó atada al mismo actor, a quien todavía es difícil dejar de verlo como aquel hombre risueño que usaba abrigos con estampados corrongos.
Un poco después, en 1987, la pantalla chica vio llegar a un espeluznante padre de familia: Al Bundy.
El despreocupado y machista vendedor de zapatos no era más que el reflejo de algunas familias comunes y silvestres de la comunidad estadounidense. Por su cercanía y humor, todavía hoy se mantiene como uno de los papás más chistosos que nos ha deparado la televisión.
Caricaturescos. Los dibujos animados también han aportado una buena cuota de las figuras paternales inolvidables.
Quizá el más querido de todos es Homero Simpson, quien cumple un rol similar al de Al Bundy, solo que llevado al extremo que las caricaturas permiten.
Homero ha intentado ahorcar a su hijo Bart, nunca se ha preocupado por entender a su hija Lisa y pocas veces se acuerda de que es padre de la bebé Maggie. Ese es Homero, quien, a pesar del montón de defectos que carga en su barriga, es uno de los padres predilectos de la audiencia.
El más prolífico padre de los dibujos animados sin lugar a dudas es el diminuto Papá Pitufo. Nunca ha quedado claro si los demás personajes azules eran realmente sus hijos, pero es imposible pensar en la Aldea de los Pitufos sin el liderazgo de este sabiondo pequeñín de barba blanca.
Papá Pitufo cabe dentro de la categoría de papás que ven por sus hijos en solitario. En la misma clasificación, en que acaben aquellos divorciados o cuya pareja murió, no podemos quedarnos sin destacar a Don Ramón, el viudo (y no “beodo”) más popular de Latinoamérica.
En los últimos años, la programación nos ha presentado a papás mafiosos que cargan con el peso más de un rol socioeconómico antes que familiar, también hemos visto a papás policías que persiguen zombis para proteger a sus retoños o progenitores con títulos reales cuya paternidad genera más terror que otra cosa. En este Día del Padre, los sintonizamos a todos ellos.