El problema de la obesidad está provocando caos en la salud de gran parte del planeta, pero no solo en la física: en la mental también.
Los temores que provocan el sobrepeso y la obesidad en miles de personas (en particular en las mujeres) han hecho que muchas madres se obsesionen con el tema de la alimentación de sus hijas y se conviertan en verdaderas tiranas cuando de la comida se trata.
Ese álgido tema es justamente el que trata el documental de estreno en Discovery Home & Health llamado Mi mamá me tiene a dieta, el que sigue a tres madres obsesionadas con el conteo de calorías y el ejercicio, con medidas que imponen a sus hijos desde las más tempranas edades.
Durante este show también se observará –en imágenes bastantes perturbadoras, por cierto – cómo el estilo de vida de estas madres afecta el concepto que tienen los niños de su propia imagen y de los alimentos.
No hay que ser experto en psicología para detectar que, muy posiblemente, en su afán por criar hijos saludables –¿y esbeltos?– estas madres están hipotecando la salud mental de sus hijos, así de fuerte se percibe ese riesgo tras observar los cortos promocionales.
En ellos se observa cómo en un caso, una de las madres le recita a su hija, con tono de sargento, una larga lista de alimentos totalmente prohibidos en su dieta. La niña, de unos 7 años, la observa con los ojos muy abiertos, con un aire de tristeza que contagia a quien observa la escena.
En otro segmento se muestra cómo una pequeña, acaso de 10 años, es obligada a salir de la cama muy temprano para, acto seguido, obligarla a hacer lagartijas en su habitación, al mejor estilo militar.
A pesar de tener que enfrentarse a las duras críticas de quienes no comparten sus métodos de crianza, todas las mujeres presentadas durante este documental creen que están haciendo lo mejor para sus hijos y parece ser un hecho que no hay nada ni nadie que las haga cambiar de parecer.
Jayne quiere que su hija Sasha, una adolescente de catorce años, tenga todo lo que ella no tuvo en la vida y Leila cree que sus dos hijas, Olivia de 13 años y Sophia de 15, serían mucho más felices si estuvieran más delgadas. Además, la pequeña Kayshia, la hija mayor de Jayde, cree que está gorda con tan solo seis años de edad a pesar de tener un peso normal. Así lo confiesa frente a las cámaras... ya usted podrá, pues, formarse su propio criterio de estos delicados casos.