Un hombre hecho y derecho que habla como bebé puede resultar irritante, pero no para los bebés. Un reciente estudio muestra que este “habladito” estimula a que los niños balbuceen más.
“Lo que muestra nuestro análisis es que la prevalencia del hablado de bebé en conversaciones de uno a uno con los niños está vinculado a un mejor desarrollo del lenguaje, tanto en el presente como en el futuro”, expresó Patricia Kuhl, profesora de Ciencias del Lenguaje y la Audición de la Universidad de Washington. Esta casa de estudios –que reveló la noticia en su sitio oficial– emprendió una investigación junto con la Universidad de Connecticut en la que se analizaron miles de conversaciones entre padres e hijos.
El estudio halló que cuanto más las mamás y los papás elevaran el timbre de su voz y exageraran las vocales, más balbuceaban los bebés.
Búsquedas anteriores se enfocaban en descubrir si el desarrollo del lenguaje estaba vinculado con la cantidad de palabras que se intercambiaban con el bebé. El nuevo estudio reta esta noción.
“No solo es hablar, hablar y hablarle al niño”, dijo Kuhl. “Es más importante trabajar en una interacción y en un enganche alrededor del lenguaje”, añadió.
Otras curiosidades
Varios han sido los descubrimientos relacionados con la ciencia del lenguaje en los bebés que se han revelado en los últimos años. Por ejemplo, no se han encontrado evidencias de que usar señas ayude al desarrollo del lenguaje durante la infancia, hallazgo que fue dado a conocer por la Universidad de Hertfordshire, en Inglaterra.
Por el contrario, un estudio de la Universidad de British Columbia determinó en el 2012 que los bebés de madres que padecen de depresión retardan el aprendizaje de su lengua materna.
Una investigación más sorprendente descubrió que los recién nacidos de diferentes nacionalidades lloran con tonalidades diferentes .
La investigación de la Universidad de Würzburg, en Alemania, detectó en el 2009 que los niños franceses elevan su entonación al final de la “melodía” de su llanto, mientras que los alemanes hacen lo contrario. Este es el mismo patrón que sigue la “melodía” de sus lenguajes nativos, el francés y el alemán, lo que revela que la adquisición del lenguaje materno comienza antes de nacer.