La frase no es del Doctor Sócrates, pero pudo serlo. Médico primero, futbolista después, abandonó la existencia terrenal el pasado 4 de diciembre para oficializar así su estatus de leyenda. Visionario, poeta, soñador, iluso, pidió en su juventud una muerte de gloria en un domingo de sol y campeonato para su amado Corinthians. Y así fue, un cuarto de siglo después, falleció el día en que el club ganó la que fuera su quinta estrella en el Brasileirão. La estrella de Sócrates.
Rebelde, libertador, idealista, Sócrates fundó la “Democracia Corintiana” (¡libertad con responsabilidad!) en 1982, cuando los brasileños tenían casi dos décadas de dictadura... de no votar por nada. Entonces los jugadores del Corinthians instauraron un sistema que sometía a votación todas las decisiones que afectaran al colectivo, desde un fichaje hasta un cambio de técnico. Votaban
Sócrates entendía su función más allá del mediocentro auriverde, de la capitanía de su selección. No solo era un jugador de futbol, era un artista. Así, lo suyo trascendía el dirigir a sus compañeros y alimentar la fantasía de aquel maravilloso Brasil de España 82... podía entretener, sí, podía maravillar, pero también podía educar. “Somos artistas”, decía a su equipo. “¿Qué dirigente puede tener más peso que un artista?”. Esa era su causa, hacerle entender a sus colegas el
El Doctor no se limitaba entonces a criticar, buscaba
El contraste lo pone siempre el intelectual que pierde su tiempo ridiculizando al pueblo y su pasión, el típico erudito que no aporta nada, que se limita a atacar al deporte como si el deporte tuviera la culpa. Ese, el pecho frío que no podría entender lo que significa ver a Higuita haciendo el escorpión ni aunque se lo interpretaran en Broadway con la
No es a una bola que debe temer la sociedad, es a la falta de educación. Sócrates supo entender esto mejor que ninguno, contrarrestando al verdadero enemigo desde el poder de la pecosa: “Conseguimos probarle al público que cualquier sociedad puede y debe ser igualitaria... que la opresión no es imbatible... que la unión es fundamental... que es posible darse las manos...”