Juegos del Istmo encendieron la ilusión del deporte tico

Una sorpresiva llamarada producida por la detonación de fuegos artificiales quemó 600 metros de láminas del techo del Estadio Nacional.

El costo del accidente fue de ¢12 millones y una seguidilla de comentarios en redes sociales que se burlaban de la organización y cuestionaban si la falla sería un mal augurio para los Juegos que se celebraban en casa.

Sin embargo, pocas horas después, 2.738 atletas de la región se encargaron de dejar en el olvido el encendido incidente y se llevaron todos los aplausos de la afición a punta de sudor y triunfos.

La representación costarricense consiguió un mérito insospechado, al superar ampliamente la cantidad de medallas de oro que, según lo previsto, se quedarían en suelo nacional.

La cosecha de preseas para los ticos sumó 93 de oro, 82 de plata y 110 de bronce, para un total de 285, solo siete por debajo de Guatemala, el país que ocupó el primer lugar del medallero.

Ser segundos no trajo exactamente un sinsabor, pues desde 1994 Costa Rica no lograba ubicarse en un puesto tan alto entre sus participaciones en estas justas.

Por el contrario, el brillante desempeño deparó grandes triunfos en deportes poco tradicionales para el país, como esgrima, gimnasia, patinaje, atletismo y la disciplina ecuestre.

Además, fue una gran vitrina para un semillero de atletas jóvenes, pues, de todos los medallistas, 52 no llegan ni a los 20 años de edad.

Méritos

Hubo nombres que brillaron más que otros, y todavía hoy resuenan y huelen a más éxitos para el deporte nacional; entre ellos, la patinadora Susan Piedra y Violeta Mitinian, quien destacó en nado sincronizado.

Salieron a relucir otros nombres en disciplinas que no suelen gozar de mayor atención, como Tarik Soto, quien brilló en gimnasia al obtener cinco medallas de oro, una de plata y una de bronce. Sucedió también con Dirley Yepes, quien descolló en esgrima al conquistar tres medallas de oro, una de plata y una de bronce.

Además, con su participación en estas justas, la bolichista Marie Ramírez se convirtió en la deportista nacional que ha ganado más medallas en la historia de los Juegos: sumó 29.

Durante el certamen, que concluyó el 17 de marzo, se hizo notar la planificación y el trabajo del Comité Olímpico Nacional en mancuerna con la Municipalidad de San José y el Gobierno, que hizo una inversión de ¢7.000 millones para la realización de las actividades.

Henry Núñez, presidente del Comité Olímpico Nacional, celebró la inversión de recursos de manera planificada y, por lo visto durante estos Juegos , se sabe que ya coquetea con la idea de repetir la organización de unas justas de este tipo.

Para que el logro alcanzado por los atletas nacionales, las federaciones y los encargados de la organización no se quede en una colección de estampas del 2013, los deportistas deberán seguir sus procesos con el apoyo gubernamental que, quizá, no siempre es visible en el deporte nacional.

Ahora el reto para los triunfadores ticos es llevar sus éxitos más allá de las fronteras del Istmo y trascender en los próximos Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe del 2014, en los Juegos Panamericanos del 2015 y, por qué no, tener un mayor impacto en los Juegos Olímpicos de Brasil 2016, donde la meta será mejorar la comitiva de 11 atletas que tuvo en los de Londres 2012 y, a lo mejor, coquetear con algún podio.