Sin pensarlo mucho y con un sí lleno de confianza, Kent Webb, gerente de servicios técnicos y soporte del fabricante de pianos Steinway & Sons, aseguró ayer que el nuevo piano del Teatro Nacional dejará satisfechos a los músicos que lo quieran tocar y ofrecerá un sonido más brillante.
Explicó que para mantener esa promesa es necesario que el teatro estatal se apegue al plan de mantenimiento sugerido por la empresa: un ajuste en la época seca y otro en diciembre.
Webb está de visita en el país para revisar el piano comprado en febrero del 2009 y realizó una serie de ajuste con el fin de solucionar una queja de algunos pianistas acerca de la falta de brillantez del sonido del instrumento, Estas observaciones también las ha hecho Andrés Sáenz, crítico de música de
Luego de dos días de trabajo, el resultado dejó satisfecho al pianista Manuel Matarrita.
En esta segunda visita de Webb al país –la primera fue en diciembre del 2010–, trabajó en restaurar la capacidad del teclado del instrumento, para crear diferentes matices al ser tocado y que al ser ejecutado mantenga consistencia en la proyección de los registros agudos.
Añadió que es normal que un piano experimente cambios como los registrados por este instrumento en el país, porque cada vez que el clima cambia, el piano reacciona. Particularmente, durante los primeros tres años de vida de los instrumento, es más sensible. “El piano modelo Nueva York (el nuevo) está aprendiendo a vivir en Costa Rica, los otros dos pianos (modelo Hamburgo) llevan largo tiempo y están acostumbrados a los cambios del clima”, aseguró.
También afirmó que una vez transcurridos los primeros 36 meses en el país, el piano será más estable. No obstante, recalcó que los grandes pianos de concierto requieren un mantenimiento más constante, porque está en uso permanente; a manera de ejemplo, comentó que suelen visitar los pianos de la sala Carnegie Hall, de Nueva York, varias veces a la semana para mantenerlos en perfecto estado.
Manuel Matarrita afirmó que el piano no estaba dañado, sino que necesitaba los ajustes normales de cualquier piano. Comentó que posiblemente los pianistas que prefirieron tocar con el instrumento más viejo, lo hicieron porque les ofrecía mayor brillantez.
Adriana Collado, directora del Teatro Nacional, explicó que se negocio una visita anual como acuerdo de mantenimiento. Esto es lo que el presupuesto les permite, dijo, ya que cada día de trabajo del técnico tiene un costo de $1.100 (unos ¢565.000), más otros gastos.
Sin embargo, cuando reciban el informe de esta nueva visita de Webb, el Teatro estudiará la opción de modificar el acuerdo para que se hagan dos visitas anuales.