“Siempre que me preguntan ‘¿de dónde vienes?, yo digo ‘de Costa Rica’”, cuenta con orgullo John Nelson, tico de padres extranjeros que descubrió en esta tierra la pasión por la música, que hoy lo consagra como un destacado director de orquesta.
Su hoja de vida no miente: agrupaciones como la Sinfónica de Londres y la Filarmónica de Nueva York son solo dos de las grandes orquestas que lo han tenido como maestro invitado.
Este hombre, que ha domado teatros como el Metropolitan Opera House (EE. UU.) y la Ópera de la Bastilla (París), guarda con cariño a los amigos que tiene en el país, la nostalgia de haber enterrado a sus padres en suelo tico y el dulce recuerdo de haberse enamorado de la música sacra en la fonoteca de la emisora Faro del Caribe, en San Francisco de Dos Ríos.
Este fin de semana, el artista regresa a la tierra en la que vivió hasta los 11 años para dirigir a la Orquesta Sinfónica Nacional y al Coro Sinfónico en un concierto donde se interpretarán
Con ellos también estarán la soprano canadiense Katherine Whyte y el barítono estadounidense Gerard Sundberg.
A propósito de esta cita,
Si tengo un hogar, ese es Costa Rica. Siempre que me preguntan ‘¿de dónde vienes?’, yo digo ‘de Costa Rica’. Es imposible olvidarse de las raíces y no tengo el deseo de hacerlo porque mi juventud fue feliz aquí, tengo muchos amigos aquí; esta es una tierra magnífica.
Creo que tengo más costumbres de tico que de estadounidense y de sueco (nacionalidades de sus padres). La sensibilidad, la emoción, el cariño... Todo eso es muy latino y lo conservaré.
En este momento, es muy importante porque mi esposa tiene cáncer (lo descubrimos hace tres semanas) y el texto de esta obra es para los que viven, no para los muertos, pero especialmente para los que viven con la muerte. Es una obra que me conforta, es cristiana porque sus palabras vienen de
En el 2001, esta obra fue interpretada por el coro y la orquesta en español y usted la dirigió. ¿Por qué ahora se hace en alemán?
La decisión se debe a dos razones: primera es que a Ramiro Ramírez no le gusta cantar en otra lengua que no sea la original de las obras y yo respeto eso. La segunda cosa es que el coro es bueno y lo pueden hacer; entonces, por qué no hacerlo. Es mejor para la música porque hay una conexión inmediata con el texto; si lo cantamos en español, como lo quise hace 10 años, sería mucho más difícil de conectar las palabras con la música.
Cada vez que he venido, han mejorado. Hace tres años vine a dirigir la
“El coro está mejor que la última vez, han avanzado; la calidad es mejor que antes, tiene cantantes muy buenos, con sopranos de lindo sonido y mejores tenores”.
Es cierto, mis colegas les ponen más atención a los instrumentistas; esto se debe a que cuando era joven yo canté muchísimo y me gustaba mucho hacerlo. También a que mis raíces cristianas hicieron que la música se convirtiera en algo importante para mí. Me gustan los réquiems, las misas, las pasiones; todo eso me encanta.
“Si quiero hacer una cosa, es dirigir las grandes obras para coro y orquestas, no óperas. Yo entiendo la mentalidad del coro, la cual es totalmente diferente a la mentalidad de un músico de orquesta”.
Yo he dirigido más Mozart que Brahms; en su música hay una perfección y una belleza que está a otro nivel. Esta obra que dirigiré viene de una cantata más grande que es una bellísima adoración a la Virgen. Además, la cantante que nos acompañará Katherine Whyte es una gran artista y estoy feliz de tenerla aquí.
Espero nunca dejar de sentir esa emoción. En los ensayos con el coro tenemos mucho trabajo difícil y aún me conmueve el corazón porque la voz es el instrumento más hermoso, capaz de hacer cualquier cosa; porque el violín puede hacer cosas bonitas, pero no es como la voz, porque ella puede hacer la melodía y el texto al mismo tiempo; la voz es lo más precioso para un músico; es una maravilla.
Sí, pero creo que ya he dirigido todo lo que podría dirigir. Cada año, un periódico hace una lista para elegir las mejores orquestas del mundo y el primer lugar es, casi siempre, para la Filarmónica de Berlín, la cual aún no he dirigido, pero no me preocupa porque, al ver estas listas, me doy cuenta de que todas las demás las he dirigido.
Sí, claro; sin embargo, hay dos obras de Mozart que no he dirigido todavía:
“De hecho, ahora que lo pienso, ¡tengo tanta música por dirigir! Sin embargo, esto no me frustra: mi vida ha sido muy bendecida. Si me muero hoy, moriría feliz”.
¿ Y no le gustaría descansar?
No, no quiero hacer otras cosas. Tengo un amigo que se ha retirado; él ha hecho cosas diferentes, tiene una vida más amplia que yo porque la mía es solo música, música y música.