Sería ocioso pretender que el cambio de sede para el concierto de música del período barroco mexicano no haya afectado el ánimo del público y la disposición interpretativa de la Capella Antiqua de Guadalajara, agrupación invitada para el V Concierto de Música Virreinal, que se realizó el sábado 26 en el atrio de la iglesia de la Virgen de Ujarrás, en Paraíso.
Precedentes. Los conciertos anuales de música virreinal se han venido celebrando en las Ruinas de Ujarrás durante un lustro y fueron iniciativa de las embajadas de México y España, con la colaboración de la Municipalidad de Paraíso y, se suponía, del Ministerio de Cultura y el Instituto Costarricense de Turismo (ICT), como una forma de difundir la música de un periodo definitorio de la historia de los tres países, además de promover un circuito turístico-cultural integrado por las iglesias coloniales de Orosi, Quircot y el sitio histórico de Ujarrás, donde se encuentran las ruinas de una de las primeras iglesias católicas construidas en Costa Rica.
Tropiezos. Sin embargo, debido a los estorbos atravesados a destiempo por los obtusos burócratas del ICT a la celebración de la actividad en las Ruinas de Ujarrás, el concierto tuvo que trasladarse de última hora al atrio de la iglesia de la Virgen de Ujarrás, en el centro de Paraíso, y solo el empeño de la municipalidad y la buena voluntad del señor cura párroco evitaron que tuviera que cancelarse.
Repertorio. El programa ofrecido por el conjunto visitante, formado por el tenor Flavio Becerra, la soprano Marychuy Cárdenas, la mezzosoprano Mireya Ruvalcaba y Andrés Serra en clavinova, brindó una selección del rico patrimonio de canciones religiosas mantenido en los archivos de las catedrales de Oaxaca, Guadalajara y México, que incluyó compositores activos entre 1720 y 1780 aproximadamente, como Ignacio Jerusalem, Manuel de Sumaya, Manuel Arenzana y otros.
Timbres claros y grata presencia de las señoras Cárdenas y Ruvalcaba, emisión firme del tenor Becerra y acompañamiento puntual de Serra caracterizaron las interpretaciones de poco más de una decena de números, algunos solos, otros en combinaciones de dúos y tercetos.
Paciencia. Junto a su cumplido desempeño, los integrantes del conjunto Capella Antiqua de Guadalajara soportaron con estoicismo y buen humor otros inconvenientes, consecuencias del cambio de sede, como los ruidos del tránsito, el bullicio callejero y la amplificación insuficiente, cuando no defectuosa, de las voces.
Quizá lo mismo podría decirse del público que llenó las sillas puestas a disposición y se mostró atento y apreciativo.
Valga también este comentario como muestra de desagravio para los intérpretes corteses y los organizadores altruistas del concierto y de censura severa para el Instituto Costarricense de Turismo por el desconocimiento y la inutilidad de sus funcionarios.
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