San José (Redacción)
En su primera semana en el mercado, Divide de Ed Sheeran se coronó como el disco mejor vendido del 2017 con 322.000 copias físicas. Shape of You lideró por cinco semanas la lista Hot 100 de Billboard –en la que ha ganado más tracción cada semana– y cada vez es más común escuchar el tema en las radios locales.
No obstante, Divide ha tenido una recepción tibia y reticente de parte de la crítica musical, que le acusa a Sheeran de ser poco original y de dejar de lado el potencial como escritor de canciones que ha mostrado antes para buscar la popularidad.
El británico se presentará en el Anfiteatro Coca-Cola, en Parque Viva, La Guácima, el 6 de junio, para promocionar precisamente temas de este álbum, como Shape of You y Castle on the Hill o el tema ganador del Grammy Thinking Out Loud.
La división entre lo que dicen las listas de popularidad y los críticos siempre se exalta cuando se trata de música pop, pero en el caso de Ed Sheeran, la separación es casi absoluta. En promedio su álbum recibe como calificación 62puntos de 100, según el sitio especializado metacritic.com.
Críticas. Después del éxito que le deparó el álbum Multiply, Ed Sheeran decidió ocultarse temporalmente del ojo público. Durante ese tiempo viajó por el mundo y por ello su álbum Divide contiene temas como Barcelona o Bibia Be Ye Ye, con tonalidades de España y Ghana.
También grabó temas como Galway Girl y Nancy Mulligan que rescata sonidos de Irlanda, siendo que tiene ascendencia de ese país. En una entrevista con el medio británico The Guardian, Ed Sheeran estableció que quería hacer música con esas influencias, considerando que nadie estaba capitalizando ese mercado.
Ese es el centro de las críticas al compositor: el álbum, pareciera, está acomodado para sonar en las radios, conquistar mercados y claro, ganar dinero.
Mikael Wood de LA Times señaló las intenciones de Sheeran de acercarse al mercado irlandés con ironía. Él le dio al álbum una calificación de 70 puntos de 100 posibles.
"Es posible que muy pocos de sus fans fuera de Irlanda no vean estos temas como algo especialmente cool (...). Su razón es que 'hay un agujero en el mercado' que nadie ha llenado desde el final de los años 90. Qué romántico", escribió en el final de su reseña.
De la misma forma Mike Schiller, de PopMatters, señaló que las canciones se sentían preparadas para sonar en un estadio grande –como los que Sheeran ya ha llenado en el Reino Unido–, algo que distraía de la esencia de Sheeran como artista.
Refiriéndose a una presentación de Sheeran en acústico, el crítico Mike Schiller escribió: "Fuera del estudio, sus palabras se sienten más honestas, sus melodías más brillantes y sus talentos evidentes".
"En el mejor de los casos tenemos una colección de canciones que van a sonar bien en un estadio. En el peor de los casos, es un significativo paso hacia atrás en su carrera y cuando el álbum ya no sea novedad, es posible que su popularidad se desinfle más rápido que su predecesor", sentenció Schiller. El crítico lo calificó con 50/100.
Esa predisposición para sonar en estadios y buscar un espacio en lo más alto de la industria de la música fue señalada de manera positiva por medios como Telegraph, The Independent y NME. Curiosamente, son estos tres medios del Reino Unido los que le dan sus mejores calificaciones: 80 puntos de 100.
Su crítica más ácida vino de una compatriota, Laura Snapes, quien reseñó el álbum para la revista digital Pitchfork y le dio una calificación 28/100.
Ella coincidió en que Sheeran se estaba guardando su mejor material –quizá para venderlo– y que el disco está lleno de juicios de valor innecesarios y hasta hipócritas.
“Ed Sheeran vende inocencia por libras. Usa sabiduría sosa y música carente de imaginación para reflexionar sobre el bien y el mal en las personas a su alrededor, sin tomarse el tiempo por ver hacia adentro”, señaló la escritora.