30/10/12.Fotos del chef Rafa Calderon en sus dos facetas como pintor y cocinero,en su estudio en Moravia para la Tv Guia y Viva. (JORGE CASTILLO)
Ha sufrido para alcanzar lo que tiene; como decimos en Tiquicia, ha “llevado palo”. Sin embargo, rara vez el chef Rafael Calderón ha perdido la sonrisa, esa que su madre amorosamente compara con la del cantante Chayanne.
Es ese malabarista de la cocina que vemos en canal 13, en el programa Al sazón de Rafael , o el que sale en la señal de cable Utilísima (Fox), quien hace un recuento de lo que ha sido un año muy particular para él. Por un lado, ha “cocinado” éxitos y nuevos proyectos en lo profesional, pero también ha sido uno de los más duros en lo personal.
Hace año y medio se divorció y esa transición ha tenido su precio: estar lejos de sus dos hijos, el mayor de 8 años y una niña de 6, quienes viven con su madre en Texas. A pesar de que lleva una buena relación con su expareja, la distancia le impide verlos a menudo.
“Es un año raro, difícil porque mis hijos no están aquí, yo era el payaso para ellos. Lo que me ha mantenido en pie es el esfuerzo profesional. Les hablo todos los días por teléfono y Skype, pero no es lo mismo; a la chiquitilla se le va olvidando el español”, contó con voz queda.
Por el calendario escolar de sus hijos en Estados Unidos y sus compromisos laborales, no ha podido verlos con frecuencia, pero espera cambiar eso en el 2013.
Aventurero y osado. Fanático del explorador marino Jacques Cousteau en su niñez, Rafael quiso sumergirse, siendo un adolescente, en un mundo lleno de sorpresas: el de la gastronomía.
De padres divorciados, desde pequeño se convirtió en la mano derecha de su madre, quien era vendedora ambulante en la avenida central de San José. Rafa era quien les preparaba los alimentos a sus hermanos cuando su mamá, Nuria Villalobos, salía a trabajar.
Luego fue él quien, a los 14 años, consiguió su primer trabajo como ayudante de lavaplatos en los años 70 del hotel Playboy (hoy, Crowne Plaza Corobicí), donde laboraba su padre.
Hoy se recuerda a sí mismo como un muchachillo “apantallado” al conocer en persona a personalidades famosas de entonces, como el dúo Pimpinela, Sandro o el Rey de España.
A los 18 años se aventuró a viajar a Chicago, con el fin de estudiar hotelería, pero terminó descubriendo su pasión: la cocina. “No tenía pensado ser chef, trabajaba como mesero en restaurantes italianos, ganaba propinas de $120 la noche, no me iba mal. Un día se enfermó un cocinero y me dijeron que si lo podía cubrir. Desarrollé varias destrezas en la cocina, me dieron cursos y aprendí mucho de lo que sé de cocina moderna. Estuve 6 años allá”.
De regreso a Costa Rica, se propuso cumplir por fin otro de sus sueños, aprender a bucear, idea que acariciaba cuando de niño se admiraba con las andanzas de Jacques Cousteau en el programa Planeta azul . “Cuando vine de Chicago vi un anuncio en el periódico que buscaba chef para barco, en viajes a las islas del Coco, Galápagos y Malpelo, y además daban cursos de buceo y me dije: ‘¡este es el mío!’. Me dijeron que mandara un fax, pero me fui personalmente hasta Golfito y les dije ‘¡pruébenme!’... Afortunadamente pasé; me hice guía de buceo con ellos, llevaba grupos de 20 personas por las mañanas, les cocinaba y conocí los tiburones martillo que tanto veía por televisión”, recordó, emocionado.
Esa exótica aventura terminó cuando Rafael tomó conciencia de que había estado cerca de la muerte tres veces en esos tours ... Era hora de reinventarse, una vez más.
Imparable. Con 20 años como chef profesional y seis en la televisión, Calderón reconoce que cometió muchos errores caminando en la pantalla chica, pero, poco a poco, fue aprendiendo sobre manejo de luces, sonido y producción, desde Sabores hasta la escuela del espacio internacional Puro chef, de Utilísima, rodado en Argentina.
“He manejado la televisión buscando un nicho donde pueda desenvolverme de la mejor manera, con recursos mínimos, aliándome con la gente adecuada. Ha sido difícil luchar contra grandes compañías apoyados de grandes recursos. Me salí de mi casa y tengo un local propio para mi set, pasé de una a seis personas ayudándome; todos hacemos de todo: editamos, montamos eventos, tenemos nuestra propia productora, Well Done Productions, ya hicimos comerciales para Maggie, Maseca, antes Jumbo, y ahora haremos nuestro primer video musical para Humberto Vargas”, reveló el chef de 41 años.
Con el cantautor de Dilo de una vez , trabajan en una nueva producción, cuyo lanzamiento está previsto para este mes. La amistad de Rafael con Humberto se remonta a 11 años atrás; curiosamente esta grabación viene a cerrar un capítulo pendiente entre ellos.
“Nos conocimos cuando cocinaba en hotel El Tirol y él cantaba covers sábados por la noche. Me decía que algún día sería exitoso, cantaría temas propios y ganaría algún premio internacional; yo le decía que tendría mi propio espacio de cocina y estaría en Food Network. Aunque lo último no pasó; estoy en Utilísima, el tiempo pasó y hoy cada uno cumplió sus sueños”, dijo.
Y agregó: “Esto me ha llevado a evolucionar, a embarcarme en una nueva aventura. La cocina me llevo a descubrir otra pasión, la producción audiovisual; a veces, me quemo por estar detrás de cámaras para ver detalles. Creo que terminaré como productor de televisión”.
Por si fuera poco, en diciembre, Calderón piensa descubrir ante el público su faceta como pintor.
Aunque él mismo no se considera un artista, tiene listos 13 cuadros de la colección Ojos al alma , que forma parte de una campaña en favor de niños víctimas de abuso sexual, en coordinación con el Centro de Estudios para la Paz.
“Planeamos varias actividades y una de ellas es presentar mis pinturas. Son una mirada a mí, tienen que ver con mi vida, desde lo más feo a lo más inspirador; es una colección en acrílico. Hace un año nos dimos cuenta de que se pueden ver en 3D, con unos lentes que son un juguete de mi hijo. Son muy modestas, es una manera diferente de ver el arte”, aseveró.
¿Y el amor? Consultado acerca de cómo anda su corazón, tras sobrellevar la separación, el chef confesó –eso sí, sin mucho detalle– que recientemente hay alguien que ha condimentado su vida. “Sí es posible encontrar el alma gemela, hay una sazón (una chica) que me ha hecho descubrir que sí es posible”, dijo con ojos pícaros.
Si alguna vez este chef soñó con abordar el Calypso, barco que movía al científico Cousteau en muchas de sus expediciones, debe darse por satisfecho, porque hoy puede decir que ha recorrido el mundo. Conoció a los tiburones martillo y además ha sido enviado por Procomer a la Expo-Shanghái y a Pekín, ambos en China; a Chile, Alemania, Panamá, México y otras latitudes gracias al talento de su cuchara. Puede considerarse un explorador, un aventurero del mundo de la gastronomía... ¡Provecho!