Miss Costa Rica 1991, 23 años - Edad actual: 44 años - Profesión: Chef
¿Cómo la eligieron para Miss Costa Rica?
Yo siempre fui muy segura, pero como una semana antes le da a uno como el nerviosismo, que me imagino es lo que le está pasando a las muchachas ahora. Uno trata de disfrutarlo al máximo. No fue hasta que me dijeron que yo era Miss Costa Rica que yo me lo creí, no pensé que iba a tener la corona.
¿Cómo se dieron cuenta de quién era Viviana?
Yo ya trabajaba como modelo en algunos comerciales, no muchos, pero sí hacía trabajos de modelaje. Hacía trabajos de Canal 7 de vez en cuando.
¿En qué ha cambiado Miss Costa Rica en estos 21 años?
Con solo que veamos las fotos nos damos cuenta de que ha cambiado muchísimo. Siento que nosotras teníamos tal vez un poquito menos de apoyo. Había muchas cosas que teníamos que hacer solitas, con nuestros padres. El vestuario, por ejemplo.
“Los cuerpos han cambiado mucho. En ese tiempo no se usaban los implantes. Es más, no creo que ninguna muchacha en Miss Universo los tenía. Tampoco se usaban que las misses fueran tan tonificadas”.
¿Cuáles anécdotas recordará por siempre de esa época?
Uno de los más emocionantes fue cuando gané el Reinado Internacional del Café, en Colombia. Eso fue mi primera experiencia internacional...
“Lo lindo fue que yo iba sola a ese concurso y cuando me dicen que ya soy la reina, inmediatamente me ponen un audífono de Caracol y me dicen hable, eran mis papás. Ellos sabían que yo iba a ganar, el jurado se los había dicho dos minutos antes y tenemos que tomar en cuenta lo que era la comunicación hace 21 años. Yo con los primeros que pude disfrutar cuando me estaban poniendo la corona fue con mis papás”.
A las 3 a. m.: alístese, póngase el vestido de baño, métase a la fuente con agua fría; con maquillaje y peinada para llegar y mojarse. Cosas como esas.
En Miss Universo no importa que sean las 3 a. m.; no importa que el agua esté fría, que no duermas. Es una experiencia muy linda, pero no la disfruté tanto como Miss Costa Rica o como el Reinado del Café. Miss Universo es ser una pieza más de un gran
¿Cómo se preparó para el certamen mundial?
Yo creo que desde te eligen para Miss Costa Rica hay que tener esa preparación. Hay muy poco tiempo entre el concurso y Miss Universo: Tuve asesores de vestuario, patrocinadores, y aprendí de maquillaje porque no dejaban que te maquillaran.
En la parte intelectual todo lo que uno pudiera aprender de Costa Rica.
¿Cómo se preparó físicamente?
Lo que hacía era que me bronceaba mucho. Yo era muy blanca y se usaba que uno estuviera más bronceado. En esa época empezaban a existir las cámaras de bronceado, pero había nada más una, en La Uruca. Uno sacaba el ratito, o se iba para la playa o se bronceaba uno en el techo de la casa que era cómo hacíamos todas antes. Así nos la jugábamos.
¿Cuál fue su compañera de cuarto en el concurso?
Fue Suriname, pero yo hice muchísimo contacto con Miss Venezuela que estaba a la par. También con Miss Argentina que estuvo conmigo en el reinado del café. Con México, que ella fue la reina ese año, nos hicimos amigas solo que al final ella seguro fue sintiendo que era Miss Universo y fue separándose un poco más.
¿Se imaginaba desde pequeña como una reina de belleza?
La mayoría cuando jugámos con muñecas nos imaginamos en un concurso de belleza. Al menos para mí era mi juego preferido. Yo jugaba con mis mueñcas y pensaba que era un concurso y les ponía su nombre y todo el asunto. Yo tenía esa ilusión, pero tampoco era que quería serlo por serlo.
Vieras que no. Era muy bonito. Aquí se respetaba mucho y era muy importante tener ese puesto.
No, no me cambió la vida. Miss Costa Rica fue una etapa, un año de mi vida que disfruté inmensamente. Yo entregué la corona y oportunidades y ofrecimientos tenés, pero yo sabía que tenía que decidir si seguía ahí en ese mundo por unos años más, o decidía el resto de mi vida. Atesoré ese año, pero seguí. Me casé y vino la oportunidad de pasar de la pasarela a la cocina.
Ya están aquí y si llegan a las 10 finalistas es porque son mujeres hermosas. Ya no vas a competir tanto por imagen, sino por personalidad, por carisma. La muchacha que siempre refleje ser una buena persona, una persona de Dios, eso es lo que te va a diferenciar de las demás concursantes.
No sé si me sirvió, pero fui yo. No estoy diciendo que tengo esas cualidades porque sería un poquito pesado decirlo. Yo trataba de hacerle bien a todo mundo. Yo estaba con Dios y si el quería que yo tuviera la corona, iba a ser así.
Uno debe tener –para las que lo son y las que lo van a ser en el futuro– la madurez para saber cuándo entregar la corona. Saber que vendrán otras y ninguna va a sustituir a otra. Cada una tiene su año.