Cuando Alberto Moreno falleció, parecía que en el gremio de la comunicación todos tenían un recuerdo de él. Fue artista plástico y videasta, pero consagró gran parte de su vida a la educación. Su ausencia parecía imposible.
Este martes, a las 7 p. m., Huellas de Beto Moreno recordará el legado artístico y educativo del profesor de la Universidad de Costa Rica en la Casa de la Cultura José Figueres Ferrer, en barrio Escalante (San José).
Moreno hizo de todo cada vez que pudo: “Desde el principio estuvo el lenguaje cinético: no soy un cineasta frustrado ni un pintor frustrado. Me gusta el movimiento, la acción, la velocidad, la intensidad. Si querés podría autodenominarme expresionista cinético. Me gusta esa cosa saturada, intensa del expresionismo, y por qué no, el sabor no complaciente: eso me ha salido carísimo”, decía en una entrevista con Aurelia Dobles en Áncora , publicada en el 2006.
Trabajó, a lo largo de los años de intensa actividad, en video, mural, escenografía y pintura –ganó la Bienal Lachner y Sáenz en 1988–. A propósito de su jubilación, en el 2013, se planeó realizarle un homenaje pero no fue posible; tras su muerte, “es una deuda que teníamos”, como dijo el profesor universitario Miguel Regueyra Edelman al Semanario Universidad .
En la actividad del martes, Regueyra, profesor universitario, presentará el video La premonición (1987), un cortometraje basado en un cuento de Regueyra escrito a propósito del asesinato de Viviana Gallardo y realizado por Moreno. La profesora univer Flor Artiaga presentará otra creación audiovisual de Moreno, Los hijos de la violencia (2010).
Además, Sofía Soto Maffioli, historiadora del arte y directora del Museo de Arte Costarricense, repasará la obra plástica de Moreno, que se desarrolló en pintura y mural; se podrán ver obras suyas en la actividad.
La actividad es organizada por la Escuela de Ciencias de la Comunicación Colectiva y el Museo de Arte Costarricense, con el patrocinio del Banco Popular.