Dos filmes de amor comparten cartelera. Por un lado, una comedia sentimental que se sustenta en la buena actuación de Amy Adams y en los hermosos paisajes de Irlanda, nada más, con el largo título de
Por otro lado, mejorcita que la anterior y en onda melodramática, se ha estrenado una cinta del afamado director sueco Lasse Hallström, que se exhibe con el título de
Por lo demás lo que tenemos es un melodrama al uso común, sin tragedia interior.
La película acentúa lo más emotivo de las turbaciones amorosas en una pareja. Es un filme que solo busca pellizcarnos en los sentimientos, de manera efectista, tanto que nos haga llorar.
La trama se sustenta en la comunicación epistolar de los enamorados, él y ella. Cartas van, cartas vienen, mientras él cumple funciones militares en las guerras ilógicas del ejército de Estados Unidos en países árabes. Lo bélico es solo un pretexto para presentarnos como más difícil la separación entre los tórtolos, quienes se cantan amor eterno e inolvidable, como lo haría el mexicano Juan Gabriel.
El amor es eterno hasta el final, aunque ese final sea dos años después o a las dos horas siguientes. Así es el amor eterno, júrenlo. Por eso, en la película aparecen las trifulcas cuando él recibe una carta de ella diciéndole que se ha enamorado de otro. Es cuando el filme nos hunde las yemas de sus dedos en los ojos, para que lloremos aunque sea a la brava.
Se trata de cinta lacrimógena, donde no se sabe cuándo acaba el suplicio amoroso de los protagonistas y comienza el de uno como espectador lloricón. Lo cierto es que este filme está lejos de las mejores cintas del sueco Hallström, quien comenzó su carrera filmando videos para el grupo Abba.
Entre sus buenos largometrajes, en distintas calidades, podemos recordar filmes como
Con todo, estoy seguro que la maña del director Lasse Hallström ha evitado que