Quentin Tarantino parece ser su rey Midas personal. Cada vez que lo acompaña, lo que toca se convierte en oro. Así, contra todos los pronósticos pero adherido a un gran relato, el actor austriaco Christoph Waltz logró anoche su segunda estatuilla Óscar gracias a su papel como el elegante cazarrecompensas en el filme Django desencadenado.
De nuevo, logró este galardón gracias a la confianza que en él depositó el reconocido director Tarantino, quien a su vez se adueñó anoche del Óscar al mejor guion original.
La primera vez que Waltz alcanzó este reconocimiento (2010) estaba también bajo las órdenes de Tarantino, quien lo dirigió en Bastardos sin gloria.
Con la voz entrecortada, el actor le agradeció a su personaje y “a su creador... Quentin Tarantino” , así como a los otros nominados en la misma categoría, en cuenta el dos veces ganador del Óscar Robert De Niro y el también ya ganador Tommy Lee Jones. Este último era considerado por muchos como el favorito en la contienda por su papel de Thaddeus Stevens en Lincoln .
“Participamos en un viaje heroico. Tú escalaste la montaña porque no tuviste miedo, cruzaste por el fuego porque valía la pena, no podía resistirme (el no participar en Django desencadenado )”, le dijo Waltz a Tarantino en el escenario.
Se le hizo. La actriz Anne Hathaway por fin supo lo que es obtener el tan ansiado premio de la Academia, cuando venció como mejor actriz secundaria por su papel en Los Miserables, donde hizo el personaje de Fantine. “Espero que un día no lejano las desventuras de Fantine solo estén en cuentos y no en la vida real”, expresó la actriz, quien en el 2008 perdió este premio a manos de Marion Cotillard.