Su viuda niega un posible asesinato y su fundación dice lo mismo, pero, casi 40 años después, la teoría de que fue envenenado renace.
La versión oficial afirma que la pena que le causó el golpe militar y la muerte de su íntimo amigo, el presidente Allende, lo sumieron en una depresión que aceleró su enfermedad y lo mató 12 días después.
Pero, recientemente, el Partido Comunista chileno (PC) decidió finalmente escuchar la denuncia de Manuel Araya, chofer, secretario y guardaespaldas del poeta, según la cual Neruda fue asesinado.
El 5 de diciembre, Araya pidió la exhumación del cadáver para despejar las dudas.
Dijo que Neruda murió pocas horas después de una inyección del analgésico dipirona que le aplicaron en el estómago, y que le causó fiebre y malestar generalizado.
Neruda había sido recluido en una clínica por un cáncer de próstata que sufría, por padecer de flebitis y de una artrosis en la cadera.
Ahora, las autoridades y el mundo literario están a las espera de lo que ocurra si hay exhumación.