La pintura, de 162 centímetros de ancho y 130 centímetros de alto, y con vivos tonos azules, rosas y verdes, es un retrato de Marie-Thérèse Walter, amante de Picasso a finales de los años 20 y en los años 30, y fue concluida el 8 de marzo de 1932, durante un período muy creativo del pintor malagueño.
Esta fue la pieza más importante de la colección de los fallecidos mecenas del arte Frances y Sidney Brody.
Se esperaba que la obra fuera vendida en $80 millones, pero expertos en arte predijeron en las últimas semanas que alcanzaría un precio mayor debido a la recuperación del mercado del arte.
La obra de Picasso superó el récord de $104,3 millones (unos ¢53.714 millones) por la obra Walking Man I , una de las esculturas más icónicas del suizo Alberto Giacometti (1901-1966), que fue vendida por la casa británica de subastas Sotheby’s en febrero de este año.
Más de media decena de personas pujaron por la obra. Las pujas comenzaron en $58 millones.
Finalmente, el comprador –no identificado– se quedó con la pintura tras hablar por teléfono con un ejecutivo de Christie’s.