La Editorial de la Universidad Estatal a Distancia (EUNED) ha publicado La Iglesia Anglicana en Costa Rica, obra escrita por los teólogos y académicos de la UNED Alexander Cortés y Randall Trejos. En una casa editorial caracterizada por patrocinar investigaciones directamente relacionadas con la Iglesia Católica costarricense o con algunos de sus personajes destacados, es llamativa la publicación meticulosa sobre uno de los credos religiosos de mayor raigambre en nuestro país.
La obra brinda esclarecedoras posiciones sobre los múltiples ámbitos de acción que el anglicanismo ha tenido en la historia costarricense, en particular a partir del siglo XIX. Se da luz sobre los orígenes, formas de organización inicial, representantes y evolución de la Iglesia Anglicana en Costa Rica, que permiten al lector el desarrollo de una fructífera aproximación a dicha temática.
Sin embargo, es necesario anotar que el libro no refiere diversas obras históricas que también analizan la problemática descrita. El periodo suele retomarse de acuerdo al testimonio de teólogos e investigaciones bastante tradicionales; esto puede afectar el sustento de algunas afirmaciones que requieren una mayor revisión histórica.
Es justo anotar que el estudio de Cortés y Trejos no se agota solo en la Iglesia Anglicana. La presencia de comerciantes británicos y estadounidenses vinculados a la promoción de una economía de naturaleza cafetalera en Costa Rica durante el siglo XIX, constituyó un elemento clave en el surgimiento y la aglutinación de las primeras iglesias protestantes en nuestra nación.
Las posturas confesionales de aquellos migrantes eran tan diversas como el luteranismo, el metodismo o anglicanismo. Esas personas fueron precursoras de los movimientos protestantes, y tuvieron la labor misional de introducir biblias protestantes al país.
Cortés y Trejos dan a conocer con mayor precisión y profundidad el ingreso de credos ajenos a la larga tradición católica-romana que prevalecía en Costa Rica, y que constituía una de las herencias de mayor fuerza de la época colonial.
El desempeño pasado y presente de la mujeres en la Iglesia Anglicana merece especial atención. El recorrido que se hace sobre el ministerio ordenado de las mujeres pasa también por el proceso que originó la Iglesia Episcopal costarricense y desemboca en una sección dedicada al liderazgo femenino en dicho credo y en la función pública de Costa Rica.
Ese apartado representa un esfuerzo sistemático por rescatar el papel preponderante de las mujeres en la iglesia, así como por recuperar su proyección nacional.
La obra también visibiliza el trabajo pastoral y de proyección social desempeñado por la Iglesia Anglicana en el Caribe costarricense.
Sin duda, la obra que ofrecen Alexander Cortés y Randall Trejos es digna de una adecuada lectura y un profundo debate pues revela la naturaleza diversa y compleja de la historia costarricense.
Asimismo, este libro ayuda a comprender el mundo paralelo que se desarrolló junto al Estado confesional y que desembocó en credos religiosos ajenos y minoritarios.
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