Dos hombres y una mujer se reúnen a tomar el té. Como ocurre con harta frecuencia entre los seres humanos, las voces salen de las gargantas, pero no conversamos; oímos sin comprender (a veces sin que nos importe) lo que nos dicen.
Algo así ocurre en No me interrumpan, estoy guardando silencio . Los participantes hablan sin escucharse. Lo que charlan son cosas sin sentido, tonterías o paradojas; por ejemplo: "adiós... salúdese de mi parte."
En la conversación se intercalan sonidos con la boca, al mismo tiempo, como si fueran máquinas perfectamente sincronizadas, en una especie de alegoría mecanicista.
La representación es un concierto de frases y sonidos de noventa minutos. Para expresarlo mejor: un "puro rap" cuando los comensales hablan.
El autor realiza juegos con los sentidos que, por sí mismos, son un placer. Estos se disfrutan más gracias a la puesta de Birgitta Linde, que nos presenta hoy y mañana como parte del Festival Internacional de las Artes en el Teatro 1887.
Así veremos al hombre vestido con ropa de cuero, el percusionista, utilizar a sus compañeros de mesa como si fueran instrumentos humanos de percusión.
El autor y la directora
El autor de la pieza es el ruso Vladimir Kazakov. Poeta del absurdo, un representante de la "nueva vanguardia", si se nos permite el término. Kazakov murió joven, apenas a los 50 años. Desdichadamente, nunca tuvo la oportunidad de presentar ninguna de sus representaciones en su tierra natal. En Alemania es un autor desconocido; sin embargo, Birgitta Linde Inszeniereungen lo saca del ostracismo. La directora Linde monta diferentes piezas de Kazakov.
Por su parte, Birgitta Linde es una directora que ha ganado grandes experiencias del cabaret. Se interesa en el idioma no solo como medio de transporte de pensamientos y sentimientos, sino más bien como material.
El lenguaje es para Linde material de comunicación y es la manera como se hace entender. Birgitta Linde y la obra No me interrumpan, estoy guardando silencio se presenta hoy y mañana en el Teatro 1887 a las 8 de la noche, a un costo de ¢1.500.
Folclor escandinavo
Gabriela Rodríguez
Para La Nación
El Festival Internacional de las Artes (FIA'96) nos ha traído danzas de Nicaragua, Perú, Colombia y Brasil. Ahora es el turno de los países escandinavos, que presentan al Folkdanslaget Otakt, de Finlandia.
Este es un grupo folclórico que muestra la música, danzas y trajes típicos de Finlandia y cuya meta es dar a conocer la cultura de este país y de las otras regiones que hablan finés. En su repertorio también incluyen bailes de otros países escandinavos.
Los vestidos son parte importante del espectáculo de este grupo; como ellos buscan mostrar el folclor de las zonas, estos son trajes típicos de sus ciudades natales.
Los bailarines comunican expresiones de júbilo y transmiten gozo. Esto resulta fácil para ellos debido a la alegría de la música, de los bailes y del colorido de los trajes.
De la universidad
La mayoría de los integrantes del Folkdanslaget Otakt, son estudiantes de la Universidad de Abo Akademi en Turku, Finlandia, procedentes de diferentes partes de ese país, pero sobre todo de lugares donde se habla sueco.
Su actividad comenzó en 1973 cuando unos estudiantes que practicaban bailes folclóricos tuvieron la idea de formar un grupo. Desde entonces, la agrupación ha ido creciendo conforme pasan los años y actualmente es una de las más activas, en lo que se refiere a bailes folclóricos, de su país.
Su participación se da sobre todo en festivales de danza y música folclórica, con los cuales han estado en varios países. Estados Unidos, Canadá, Irlanda, Francia y Rusia están en esa lista. Aparte de la actuación, también imparten talleres de baile.
El Folkdanslaget Otakt y el trovador Hakan Streng estarán hoy y mañana en el Centro Nacional de Cultura (CENAC) a las 6 p.m. El precio de las entradas oscila entre ¢200 y ¢500.