La exposición itinerante de réplicas de arte universal que el Museo del Prado puso a rotar por América Latina detuvo a los transeúntes josefinos en el barrio chino en las primeras horas de este viernes.
Jorge Madrigal, de 77 años, llegó acompañado por su nieta Camila Zamora, de 12. Él se enteró por medio de La Nación sobre esta exhibición en la capital.
Madrigal aprovechó la oportunidad para revivir los conocimientos artísticos que había adquirido en la universidad y, además, enseñarle a Camila sobre las técnicas utilizadas por los artistas en siglos pasados.
"Aprovechamos que mi nieta no tenía lecciones y me pareció oportuno que viniéramos. Yo le explicaba a mi nieta que el Museo del Prado queda en España, venir y ver esto aquí es realmente maravilloso", comentó.
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Pausa. Karol Morales y su hijo Pablo Barrantes descubrieron por primera vez Las Meninas de Velázquez, El Jardín de las Delicias de El Bosco y Saturno Devorando a su Hijo de Goya.
La exposición que engalana las cuadras del barrio chino los hizo detenerse a contemplar el arte que estaba ahí para ellos.
"Vinimos a hacer un mandado, pero ver esto nos detuvo. No conocíamos las obras; es una experiencia nueva. Lo que hemos visto nos ha gustado mucho, queremos seguir descubriendo las historias que cuentan", dijo Karol Morales de 33 años.
Los estudiantes de Arquitectura Josué Vega, Ricardo Villalobos, David Mena y Rafael Villalobos, también se detuvieron en el bulevar para admirar las pinturas.