Un equipo conformado por 14 doctores veterinarios, dos técnicos, dos abogados (entre funcionarios del Servicio Nacional de Salud Animal, Senasa, y la Asociacion Cívica Palmareña) y 20 estudiantes de la Universidad Nacional (UNA) fue con una misión al tope de Palmares.
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A lo largo de todo el recorrido, velaron por el bienestar de los 1.800 caballos participantes de la actividad.
Los funcionarios se desplegaron a lo largo y ancho de las principales calles palmareñas para revisar a los animales y resguardar su bienestar durante el recorrido en la ciudad alajuelense.
En varias ocasiones, llamaron la atención a los dueños por subir más de una persona sobre el animal y, en los casos en los que los caballos presentaban heridas leves, los personeros se acercaban a limpiarlas y desinfectarlas. El grupo se enfocó en que ninguno tuviera condiciones físicas que les impidiera su participación.
Jorge Barrantes, director regional de Senasa, mencionó que el tope estuvo tranquilo y eso “benefició a los animales”.
DEL ARCHIVO Senasa impidió que 21 caballos participaran del Tope por lesiones y traumas
“Este tope estuvo mucho más tranquilo que los anteriores. Como había menor cantidad de caballistas, los animales pudieron desfilar más tranquilos y más rápido. Con eso se logró que no se expusieran tanto tiempo al sol y que el recorrido acabara antes”, dijo Barrantes.
Inicialmente se esperaba la asistencia de 3.000 caballistas.
En cifras
De los caballos inscritos para participar, hubo tres que no pudieron desfilar en el tope. Uno de ellos presentó un estado de deshidratación tan severo que requirió ser atendido por los doctores veterinarios luego de desvanecerse.
La causa que impidió a los otros dos caballos estar en el tope fue que, al momento de bajarlos de los camiones, se lesionaron seriamente sus patas. Ante este accidente, Senasa impidió que sus dueños los montaran.
Se atendieron en total 15 caballos que presentaban heridas leves. A estos se les limpió y desinfectó en el sitio para que siguieran su recorrido más seguros.
Hubo 20 equinos en los cuales el equipo de veterinarios detectó en situaciones comprometedoras. A varios de ellos, por el uso de las espuelas de los jinetes se les lesionó la piel, razón por la que los accesorios que se colocan en las botas fueron decomisados.
Estas cifras relativamente bajas permiten que Barrantes estime que la población “está educándose en tema de bienestar animal”, pues a los montadores a los que se les llamó la atención acataron las recomendaciones brindadas y no se presentaron casos severos de maltrato.
En anteriores ocasiones, algunos grupos y activistas han reclamado por la salud animal en este tipo de actividades.