Luis Montalbert-Smith se sentó al piano mientras el teatro Eugene O’Neill veía su movimiento en silencio. Iba sin zapatos, unas velas estaban encendidas sobre aquel instrumento y con su voz serena, en ese momento frágil por lo que saldría segundos después de su boca, lo soltó: dedicó Solo a su abuela que había muerto. Y entonces, cantó: gotas caen en mi corazón, lluvia ácida corroe mi interior, agua viva que se torna en sudor.. .
Aquel concierto sucedido un jueves 26 de setiembre del año 1997, que en el programa de mano y en volantes en blanco y negro era anunciado como “Una presentación especial” de En el jardín del corazón atrapó a muchos que jamás habían visto a Gandhi en vivo. Uno de ellos fue Enrique Salgado, sigue siendo hoy, aquella ejecución de Solo lo que tiene como vívido recuerdo en su cabeza.
Enrique Salgado fue el primer mánager de Gandhi. En aquel momento dueño de la tienda Auco Disco y con ya un sendero en el campo de la producción de conciertos y con toda la vida de amar la música, Enrique Salgado tuvo su primer acercamiento a la banda costarricense precisamente en aquel concierto.
“Un día me llamó Mario Miranda, el papá de Fede (guitarrista de Gandhi ) –nos conocíamos desde carajillos y nos veíamos en el (Playas del) Coco. Y me dice: ‘Ricky es que mi hijo tiene un grupo y quiero invitarte a un concierto para que los veás y nos des tu opinión. Fue en el centro cultural (Costarricense Norteamericano, en el teatro Eugene O’Neill). Y llegué”, recordó Enrique Salgado.
“Verlos subirse al escenario con ese talento, ver a Federico tocando guitarra en piezas Santanescas... y al final me impresionó muchísimo, pero muchísimo, ver a Luis sentado en el piano (pare el tema Solo ) , descalzo, con unas velas y contar la historia de que su abuela le había enseñado a tocar piano. Eso me conmovió enormemente, porque tenían una historia detrás; no eran simplemente carajillos que querían hacer bulla. No me acuerdo ya de cómo nos pusimos de acuerdo para que yo fuera el mánager. Me enamoré del grupo”, confesó Enrique Salgado.
Llevarlos a lo máximo
Colaborar con Gandhi para hacerlos crecer como banda, fue el objetivo que manejó siempre Enrique Salgado, hombre que luego con productoras como ESP fue responsable de grandes conciertos internacionales en el país como el de Jethro Tull, Héroes del Silencio, Deep Purple...
“Siempre quise darles más presencia escénica porque, estaban empezando, y se veían un poquito cortos”, recordó.
Salgado, que creció entiendo y gozando la música de los años 70, trabajó con Gandhi bajo la premisa de que había que rescatar esa energía que las bandas de rock de los años 70 tenían al tocar: una conexión con el público.
“Recuerdo que a Federico le decía: ‘no puedes tocar como escondido, el guitarrista eléctrico está al frente y agrede con su guitarra al público lo disfruta (...) A Abel me acuerdo que le decía: ‘el bajista es el que pone la base, es el que el sostiene todo pero hay que dejarse crecer la barba’”, recuerda Salgado y se ríe.
“A Massimo siempre lo quise vestir de blanco. Había estado caminando yo por Londres y vemos un rótulo que dice “Manfred Mann's Earth Band” y entramos a ver el concierto. Tenían un baterista altísimo todo vestido de blanco. Pero bueno, en algunas cosas me hacían caso y en otras no” (se ríe).
Con Luis, Salgado tuvo una especie de hermanamiento inmediato. Lo mismo que con Massimo. “Yo quería convertir a Gandhi en un grupo de rock teatral. Porque tenían todo para eso: el repertorio, la calidad, la expresión. Yo conseguí el Melico (Salazar) para el concierto (presentación de En el jardín del corazón ) y quería que hiciéramos un show de espejos. Quería que lleváramos el show a otro nivel porque ellos ya tenían la música –buena–, el arte –muy bueno–, todos carajillos talentosos”.
Gandhi dio aquel concierto en el Melico Salazar el mismo día que Quisieras llegó a la posición #1 en la desaparecida Radio Universal y #3 en Radio Uno
Salgado le daba sus pareceres a Gandhi con la misma insistencia con la que alguien da lecciones. Sus frases, premisas recurrentes, eran: “el problema como los artistas de Costa Rica es que hacen una cosa medianamente bien y ya se creen Jimmi Hendrix”. O bien: “los artistas que quieren llegar muy lejos trabajan muy duro, y trabajan mucho lo que hacen. Esto no es así no más”. Otra frase era: “el problema en Costa Rica es que no hay suficiente competencia. Ustedes van a surgir, las chiquillas van a querer con ustedes y ustedes van a creer que ya lo lograron”.
La relación entre Enrique Salgado y Gandhi duró cerca de año y medio. Y en aquella colaboración, cuyo énfasis estuvo en la dirección hacía un show y en el entendimiento del encanto del rock , la banda costarricense tuvo momentos importantes de exposición como abrir el concierto de Deep Purple, Zuchero, Moltovo y Bunbury, Soraya...Entre 1994 y 1995 Salgado había entrado también en colaboración con El Parque, justo para apoyar el lanzamiento de El Hombre Azul, el disco debut del grupo, y mientras Salgado iba haciendo su labor con Gandhi, El Parque termanaba su gira del disco Oma con Vivian Hütt como mánager y Sony Music como casa discográfica.
Quizá uno de los hechos importantes que vivió Gandhi durante su colaboración con Enrique Salgado fue la apertura del concierto que Deep Purple dio en Costa Rica el 8 de febrero de 1998 en el Anfiteatro del hotel Herradura.
Y aunque Enrique Salgado y Gandhi se separaron laboralmente, el vínculo y el afecto permaneció. “A estos carajillos siempre los llevo en el corazón; Gandhi es una banda que llevo en mi corazón, es gente que adoro. No trabajamos más juntos desde lo musical pero seguimos colaborándonos en algunas cosas”, concluyó Salgado.
Mientras tanto, llegaba a las filas de Gandhi otro mánager: el argentino Freddy Funes quien ya había pasado por bandas como GIT y Bersuit Vergarabat.