Influyente hasta en moda. ¡Qué manera! En la última entrega de los premios Óscar, tuvo el honor de otorgar el premio más importante (a la Mejor Película), y ahora sale en la portada de Vogue, una de las publicaciones más influyentes de la moda mundial: Michelle Obama, Primera Dama de los Estados Unidos, cada vez es más mediática.
En la edición de abril, Obama posa con una flamante sonrisa, exhibiendo su flequillo “casi patentado” y un elegante vestido azul de la lujosa marca Redd Krafoff.
Las fotos fueron tomadas nada más y nada menos que por la popular Annie Leibovitz, fotógrafa que ha capturado a celebridades, artistas y músicos por décadas.
A pesar de que la edición de abril saldrá a la venta hasta finales de marzo, el sitio web de la revista colgó el texto completo con la entrevista en exclusiva de Obama.
“Si te sientes cómoda con tu vestimenta, será fácil conectar con las personas y hacerlas sentir cómodas también”, aconsejó la Primera Dama durante la conversación. ¿Será ese su secreto para lidiar en las cenas con los “pesos pesados” de la política? Tomen nota.
Además de su sonrisa, los brazos bien tonificados de Michelle también sobresalen en el retrato.
Claro que no son de gratis. La inquilina de la Casa Blanca le contó a la presentadora de televisión Oprah Winfrey, el año pasado, que para mantenerse ella tenía un programa de caminata en la banda, levantaba pesas, saltaba la cuerda y practicaba “algo” de kickboxing.
Los resultados son obvios.
Estar a la moda, hacer ejercicio, velar por sus hijas adolescentes, acompañar al dirigente de los Estados Unidos en sus proyectos, ¿en qué momento esta mujer tiene tiempo para tanto? Según contó en esa entrevista, a veces tiene que levantarse a las 4:30 a. m.
Con esa agenda tan apretada no son sorpresivas las críticas que se les ha hecho a los Obama en Washington, de que no hacen suficiente vida social. “Preferimos pasar nuestro tiempo libre con nuestras hijas”, dijo en Vogue.