Los beneficiarios de al menos el 28% de las casas de bien social entregadas por el Estado les hicieron ampliaciones.
Aunque la situación pareciera positiva, despierta preocupaciones en unos y sospechas en otros.
Para el Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos (CFIA), es necesario vigilar que las construcciones cumplan con la normativa técnica para asegurar tanto las obras como a los usuarios.
“Los proyectos informales que se construyen bajo conocimientos empíricos corren un gran riesgo”, alertó el CFIA en la VIII Auditoría de Calidad de Vivienda de Interés Social, dada a conocer ayer.
El estudio revisó una muestra de 287 casas de 55 proyectos de diferentes zonas del país.
Rosendo Pujol, ministro de Vivienda, adelantó que van a investigar la situación de las familias con las construcciones más grandes.
“Lo importante en este asunto es que estamos utilizando el registro único de beneficiarios para confirmar que las personas que reciben bonos sean las más necesitadas”, dijo Pujol.
De los 287 inmuebles inspeccionados por el CFIA, 77 excedían los 42 metros cuadrados (m²), que es el área de las casas de bien social.
De esas, 45 miden de 46 m² a 60 m² y 21 van de 61 m² a 80 m² .Además, nueve tienen entre 81 m² y 100 m² . Otras dos tienen 101 m² y 130 m² .
De la muestra, solo seis casas están desocupadas o alquiladas.
En algunas de las viviendas, el Colegio descubrió que habitan hasta 11 personas.
Según Pujol, para esos casos no tienen solución inmediata pues cuando se aprobaron esos bonos no existía regulación sobre familias numerosas.
Ahora, dijo, se les da una casa de tres cuartos.