Los 2.000 postes abatibles colocados en la ruta 32 (Limón) son objeto, a menos de una semana de instalados, de cuestionamientos de los conductores.
La Nación realizó un sondeo, entre el peaje y el cruce de Río Frío (Pococí). Los choferes consultados dudaron de que los postes y cambios en la demarcación reduzcan los accidentes.
El Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) modificó la señalización de la ruta y colocó los postes, para crear un carril de descenso adicional, en algunos sectores.
El proyecto representó una inversión de ¢223 millones.
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No obstante, a menos de una semana de colocados, las señales verticales presentan daños, como el desprendimiento del material reflectante.
“Muy mal. Hay compañeros que andan con remolques muy grandes y tienen que pasar por la ronda de la calle para no tocar los postes y, en ocasiones, tienen que golpear los postes porque la curva es muy cerrada”, comentó José Elizondo, trailero, quien utiliza esta ruta todos los días.
“La idea está bonita. El problema es cuánto van a durar. Definitivamente, esto no va a durar”, aseguró”, Alberto Estrada, quien transita dos veces por semana por la carretera a Limón.
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“Para abajo, la gente se está abusando, porque ahora hay dos carriles en algunos lados y no es lo mismo acelerar de subida que de bajada. Es mucho más peligroso como quedó la carretera ahora”, comentó José Luis Miranda, chofer de bus.
“Aún no los he golpeado, pero sí les he pasado cerca. Hay vueltas muy cerradas en las que a uno le queda complicado pasar sin tocarlos con la carreta”, expresó Mauricio Calderón, trailero que viaja todas las semanas hacia el Caribe.
Este diario intentó, ayer domingo, hablar con Germán Valverde, director del Consejo de Seguridad Vial, pero tenía su teléfono celular apagado.