Consuelo López viajaba en un bus de una ruta josefina, cuando vio que el chofer hablaba por teléfono mientras manejaba. Ella le llamó la atención para que colgara, pero recibió una respuesta irrespetuosa.
Ante situaciones como la que describió López en un sondeo de La Nación , los usuarios tienen solo una opción: hacer el reporte ante la autobusera y esperar ser escuchados.
Acudir a las autoridades no es una alternativa, ya que tanto la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep) como el Consejo del Transporte Público (CTP) aseguran carecer de autoridad para atender esas denuncias. La competencia para sancionar, indicaron las autoridades, recae sobre la Policía de Tránsito.
No obstante, esa institución informó de que la infracción al artículo 126 de la Ley de Tránsito –cuya multa actual es de ¢103.679–, solo se puede sancionar si hay un oficial que vea al chofer mientras usa el celular.
Durante el 2016, 2.881 conductores recibieron un parte por esa infracción. De acuerdo con Mario Calderón, director de la Policía de Tránsito, los registros no detallan cuántas de esas multas se aplicaron a conductores de bus, pero asegura que sí se han dado casos.
“Lo que puede hacer el usuario es llamar a la empresa y poner la queja, conocemos de muchas empresas razonables y responsables”, manifestó.
No obstante, esa única alternativa no complace a todos los usuarios.
“Uno pone la denuncia y le contestan el correo diciendo que ya se le llamó la atención al chofer; sin embargo, siempre es lo mismo”, se quejó Luis Mora, quien viaja en bus a San José desde una comunidad ubicada el este de la capital.
Otros clientes lamentan la indiferencia de los usuarios.
“La gente se hace de la vista gorda. Si uno le reclama al chofer, los demás pasajeros se quedan callados”, reprochó Jeannina Umaña.
Sin controles estatales. Un decreto ejecutivo de 1998 prohíbe que los conductores utilicen dispositivos distractores mientras manejan.
“Queda prohibido realizar cualquier acto que los distraiga de la conducción segura del vehículo, tales como el uso de radios, grabadoras u otros medios de amplificación del sonido y tertulias con los usuarios del servicio”, reza la norma.
Empero, las únicas encargadas de velar por que esa disposición se cumpla son las mismas autobuseras.
“En esos casos, yo recomiendo que si los usuarios tienen un mecanismo electrónico, tal vez captar (la acción), hacerla pública y ponerla en conocimiento de la empresa”, dijo Susana López, subdirectora a.i. de la Asesoría Jurídica del CTP.
Las denuncias deben interponerse ante las contralorías de servicios de las empresas transportistas, explicó López.
De acuerdo con la funcionaria, si un usuario plantea una queja y no recibe una atención óptima, puede presentarse en el CTP y reportar a la compañía.
Empresas garantizan sanción. Luis Diego González, vocero de la Cámara Nacional de Autobuseros (Canabús) aseguró que las empresas capacitan a sus empleados y les prohíben el uso de teléfonos.
“A nadie le sirve tener a un conductor que está cometiendo algo prohibido por la ley. Se trata de la seguridad de los usuarios. Todas las empresas actúan ante una denuncia comprobada”, manifestó González.
El autobusero detalló que, para tramitar una queja, el usuario debe dar su nombre, número de cédula, el lugar y la hora de la falta, un video de prueba y el número de placa del autobús. Ese dato debe estar visible en todas las unidades.
González, quien también es gerente de la autobusera la Periférica, contó que un video publicado por una usuaria en el perfil en Facebook de la empresa dio pie para que el chofer fuera sancionado.
“Se le amonestó con una suspensión de dos días, según lo permite el Código de Trabajo, y eso crea un precedente. De repetir esa acción se puede despedir”, expresó González.
Manuel Muñoz, vocero de la empresa Lumaca (ruta entre Cartago y San José), aseguró que las denuncias que se reciben son pocas y se atienden.
“En este caso se llama a la persona a la Contraloría de Servicios, va la jefatura y se le hace una primer advertencia verbal. Si vuelve a incurrir, se toman otras medidas”, enfatizó Muñoz.
Muñoz también señaló que en ocasiones los usuarios no distinguen si el chofer está atendiendo una llamada de emergencia o de sus superiores.