Un viejo deslizamiento en la pared norte del volcán Irazú sería la principal causa de la grieta que apareció allí en las últimas dos semanas de diciembre, explicó el Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori).
Jorge Pacheco, vulcanólogo de esa entidad, señaló que ese derrumbe –ubicado a unos 250 metros de la nueva hendidura– tiene relación directa con el fenómeno actual.
Además, según los registros del Ovsicori, el 17 de diciembre ocurrió un sismo que también influyó en el fenómeno.
“La parte norte del volcán Irazú es muy empinada, tiene unas pendientes muy altas, la caída en esa parte es casi vertical y eso ha provocado los deslizamientos”, agregó el experto.
A estas condiciones se suman las intensas lluvias que cayeron en el macizo durante los últimos tres meses del 2014.
El Observatorio hizo sus primeras inspecciones en la zona los días 26 y 30 de diciembre.
“La gran cantidad de lluvia que ha caído de ese lado del volcán ha acelerado el proceso, pero es un proceso que viene desde hace años”, agregó Pacheco.
Estimaciones hechas por el equipo de geógrafos de La Nación , señalan que el deslizamiento que menciona el Ovsicori tiene un área de 43 hectáreas, aproximadamente.
Responsabilidad. Rolando Mora, de la Red Sismológica Nacional (RSN), admitió que no estaban enterados de la nueva fractura, pese a ser los encargados del monitoreo del Irazú.
“Ese sector no lo peinamos normalmente, no es un sitio que visitamos. Tenemos vigilado sismológicamente ese volcán, está rodeado por estaciones sismológicas, pero en ese punto específico (la cara norte del volcán) no tenemos equipos”, indicó Mora.
Adujo que la RSN no tiene suficiente personal para supervisar cada rincón del coloso y lamentó que los encargados del Parque no los alertaran antes.
Especialistas en geotecnia de la RSN irán la próxima semana al volcán con delegados de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) para estudiar el movimiento de tierras y definir las medidas preventivas necesarias.